El gobierno de Claudia Sheinbaum ha anunciado la puesta en marcha de 11 Polos de Bienestar, un ambicioso plan que busca transformar la economía de regiones marginadas en México. Según la presidenta, estos proyectos forman parte del Plan México, una estrategia que promete detonar el desarrollo económico con incentivos fiscales y facilidades para las empresas. Pero, ¿es este otro plan grandioso que quedará en el papel?
La Secretaría de Economía, encabezada por Marcelo Ebrard, detalló que los Polos de Bienestar ya están operando en nueve puntos del Istmo de Tehuantepec, bajo la gestión de la Secretaría de Marina. Además, se han aprobado 14 nuevos polos y cuatro más están en evaluación, incluyendo zonas en Yucatán, Guerrero, Coahuila y Chiapas. El objetivo es ambicioso: al menos un polo por estado.
Estos polos ofrecen deducciones fiscales atractivas, como el 100 por ciento en inversiones de maquinaria nueva y un 25 por ciento en capacitación e innovación. El gobierno asegura que esto incentivará la creación de empleos y el crecimiento económico en regiones olvidadas. Sin embargo, la historia reciente nos hace dudar: ¿cumplirán estas promesas?
El anuncio llega en un momento donde las finanzas públicas enfrentan críticas por su fragilidad. Proyectos como el Tren Maya o el Aeropuerto Felipe Ángeles han sido cuestionados por su alto costo y resultados dudosos. ¿Serán los Polos de Bienestar otro elefante blanco que drene recursos públicos?
Ebrard destacó que los polos se alinearán al Plan México, con un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación. Este plan busca integrar proyectos de infraestructura como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico. Sin embargo, la falta de claridad sobre el financiamiento y los resultados concretos genera escepticismo.
En Yucatán, por ejemplo, los polos de Progreso y Mérida prometen conectar con el Tren Maya y el Puerto de Progreso. El gobierno estatal ha donado terrenos para un parque multimodal, pero la pregunta sigue en el aire: ¿quién pagará por estos megaproyectos?
La presidenta Sheinbaum insiste en que los Polos de Bienestar cambiarán la vida de millones, pero la realidad es que proyectos similares en el pasado han enfrentado retrasos, sobrecostos y poca transparencia. La ciudadanía merece saber cómo se garantizará que estos planes no terminen en promesas vacías.
Mientras el gobierno celebra estos anuncios, muchos mexicanos esperan resultados tangibles. La pobreza, según el Banco Mundial, ha disminuido, pero millones aún viven en condiciones precarias. ¿Serán los Polos de Bienestar la solución que México necesita, o solo otro capítulo en la lista de proyectos que suenan bien pero no llegan a buen puerto?