En un incidente que ha causado revuelo en Ciudad Juárez, un mecánico perdió el control de un Chevrolet Corvette 1990 que reparaba y lo estrelló contra el camellón central de la avenida Malecón. El vehículo, que quedó completamente destrozado, chocó contra varios árboles, dejando tras de sí un rastro de destrucción.
El conductor, empleado de un taller cercano, salió a “calar” el automóvil tras realizar reparaciones. Sin embargo, según reportes de Seguridad Vial, aceleró de más mientras circulaba de poniente a oriente, lo que provocó que perdiera el control del potente vehículo.
El impacto fue tan fuerte que el Corvette quedó reducido a un amasijo de metal. Los árboles del camellón también sufrieron daños significativos, afectando la propiedad municipal. Este tipo de incidentes resalta la imprudencia al volante y el riesgo de manejar vehículos de alta potencia sin la debida precaución.
A pesar de la magnitud del choque, el mecánico salió prácticamente ileso. Fue revisado por paramédicos en el lugar y no requirió traslado a un hospital, ya que solo presentaba golpes leves. La suerte del conductor contrasta con el estado en que quedó el automóvil, que era un modelo clásico de gran valor.
Las autoridades de Seguridad Vial detuvieron al mecánico en el lugar de los hechos. Ahora enfrenta cargos por los daños causados al vehículo, que no era de su propiedad, así como por los perjuicios a la infraestructura pública.
El incidente ha generado indignación entre los propietarios de vehículos que confían en talleres locales para sus reparaciones. Muchos se preguntan cómo es posible que un mecánico tome la decisión de probar un auto de esta manera, poniendo en riesgo no solo el vehículo, sino también la seguridad pública.
Este caso pone en evidencia la falta de regulación en algunos talleres mecánicos, donde la confianza del cliente puede terminar en pérdidas materiales significativas. La imprudencia del conductor ha dejado un precedente que podría llevar a mayores controles en el sector.
El Corvette, un ícono automovilístico, era un modelo de 1990, lo que añade un valor sentimental y económico a la pérdida. Los costos de reparación, si es que el vehículo puede ser restaurado, serán elevados, sin contar los gastos por los daños al camellón.
Las autoridades locales han señalado que el responsable deberá hacerse cargo de todos los costos generados por el accidente. Este incidente sirve como un recordatorio de la importancia de la responsabilidad al manejar, especialmente cuando se trata de vehículos ajenos.
La noticia ha generado debate en Ciudad Juárez sobre la seguridad vial y la necesidad de mejores prácticas en los talleres mecánicos. Mientras tanto, el mecánico enfrenta las consecuencias de una decisión que transformó una simple prueba en un desastre costoso.

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Mecánico destroza Corvette en Ciudad Juárez tras salir a probarlo
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