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Chihuahua se blinda contra el gusano barrenador: Maru Campos lanza programa de vigilancia para proteger la ganadería

La gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, ha tomado cartas en el asunto para evitar que el gusano barrenador del ganado cruce las fronteras del estado. Este martes, dio inicio al Programa Estatal de Vigilancia del Gusano Barrenador, una estrategia diseñada para mantener a Chihuahua libre de esta plaga que amenaza la industria ganadera. La medida responde a la alerta regional por la presencia del insecto en países centroamericanos, un riesgo que podría devastar el sector pecuario local.
El programa, respaldado por una inversión de 420 millones de pesos desde 2023, busca reforzar la sanidad agropecuaria en el estado. Según Campos, esta iniciativa no solo protege a los 29 mil ganaderos chihuahuenses, sino que también garantiza la salud pública, la fauna silvestre y la continuidad de las exportaciones de ganado a Estados Unidos. La gobernadora fue enfática al declarar que bajo su administración, el gusano barrenador no llegará a Chihuahua.
La estrategia incluye medidas concretas como la capacitación de personal especializado, el fortalecimiento de la vigilancia en las fronteras estatales y la distribución de 60 kits especializados de inspección. Estos kits, similares a botiquines de primeros auxilios, contienen herramientas para la detección temprana y el manejo de casos sospechosos de miasis en animales. Las muestras recolectadas serán enviadas a un laboratorio oficial de Senasica en Morelos para su análisis.
Chihuahua, líder nacional en exportación de ganado, enfrenta una amenaza significativa con esta plaga. Durante el ciclo ganadero 2023-2024, el estado exportó más de 556 mil cabezas de ganado a Estados Unidos, generando ingresos cercanos a los mil 300 millones de pesos. La llegada del gusano barrenador podría cerrar la frontera comercial, afectando gravemente la economía de miles de familias que dependen de esta actividad.
Para evitar este escenario, el gobierno estatal trabaja en coordinación con la Federación y organismos del sector pecuario. Entre las acciones destacadas está el refuerzo de protocolos de inspección en las entradas de ganado, así como la sanción a quienes intenten introducir ejemplares no acreditados o trafiquen con aretes del Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado (SINIIGA).
La gobernadora también destacó la colaboración con el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, y el presidente de la Unión Ganadera Regional de Chihuahua, Álvaro Bustillos. Esta alianza busca no solo contener la plaga, sino también reactivar la producción de moscas estériles, una técnica que en el pasado permitió erradicar el gusano barrenador en México durante la década de los 90.
El impacto del gusano barrenador no se limita al ganado. Las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, responsables de la plaga, se alimentan de tejido vivo de mamíferos, lo que representa un riesgo para la vida silvestre y, en casos extremos, para la salud humana. Por ello, la vigilancia sanitaria se ha convertido en una prioridad para el gobierno de Chihuahua.
A pesar de los esfuerzos, la amenaza persiste. La gobernadora subrayó que el programa no solo busca prevenir, sino también mantener el estatus sanitario que ha posicionado a Chihuahua como un referente en el sector pecuario a nivel nacional e internacional. La sequía prolongada que afecta al estado ya ha reducido el hato ganadero, por lo que cualquier descuido podría agravar la situación.
Campos también hizo un llamado a los productores para que no bajen la guardia. La entrega de kits de inspección y la capacitación de 195 médicos veterinarios certificados son parte de un esfuerzo integral para garantizar que el estado siga siendo un bastión de la ganadería mexicana. La meta es clara: evitar a toda costa las pérdidas económicas y proteger el sustento de miles de familias.
Con estas medidas, Chihuahua se posiciona como un ejemplo de acción preventiva frente a una crisis que podría tener consecuencias devastadoras. La lucha contra el gusano barrenador no solo es una cuestión de sanidad animal, sino un esfuerzo por preservar la economía y el bienestar de una región que depende en gran medida de su ganado.

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