La creciente ola de violencia en Oaxaca ha encendido las alarmas entre los empresarios del sector turístico, quienes temen que los recientes casos de desapariciones y asesinatos ahuyenten a los visitantes internacionales.
Destinos emblemáticos como Huatulco, Puerto Escondido y Zipolite, conocidos por sus playas y atractivo cultural, podrían enfrentar una drástica reducción en la afluencia de turistas debido a los últimos incidentes, entre ellos la desaparición de nueve personas y el asesinato de cinco hombres en una carretera.
La inseguridad, que parece desbordarse sin control, pone en jaque a una industria clave para la economía local, mientras las autoridades brillan por su ausencia ante el creciente problema.
Hoteleros y prestadores de servicios señalan que la falta de acción efectiva por parte del gobierno para frenar la violencia está dañando la imagen de Oaxaca como un destino seguro y atractivo.
La preocupación se agrava con la posibilidad de que las alertas de viaje emitidas por países extranjeros desincentiven aún más la llegada de turistas, dejando a miles de familias que dependen de esta actividad en la incertidumbre.