La mañana del 20 de mayo, un brutal ataque sacudió la Ciudad de México. Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de gobierno Clara Brugada, y José Muñoz, su asesor, fueron asesinados a balazos en la Calzada de Tlalpan, en la colonia Moderna, alcaldía Benito Juárez. El atentado, perpetrado en plena luz del día, ha desatado una ola de indignación y cuestionamientos sobre la seguridad en la capital.
Las autoridades han identificado a cuatro personas involucradas en este doble homicidio. Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, los responsables huyeron hacia el Estado de México tras el crimen, utilizando una camioneta gris y una motocicleta. Los vehículos fueron abandonados en el Barrio La Asunción, en la alcaldía Iztacalco, en la calle Reyna Xochitl.
El ataque fue captado por cámaras de seguridad. Un sicario, vestido con una chamarra blanca y un casco de motociclista, esperó cerca de 20 minutos antes de disparar al menos diez veces contra el automóvil donde viajaban las víctimas. Tras el ataque, el agresor huyó a pie, mientras otro cómplice escapó en la motocicleta. Las imágenes muestran la frialdad y precisión del atentado.
Las investigaciones apuntan a que los responsables podrían estar vinculados a la alcaldía Iztacalco, desde donde habrían planeado el crimen. La fiscalía capitalina ha recuperado indicios balísticos y dactilares en el lugar de los hechos, y se encuentra analizando las cámaras de videovigilancia para dar con los culpables. Hasta el momento, no se han reportado detenciones.
Clara Brugada, visiblemente afectada, lamentó la pérdida de sus colaboradores en una breve conferencia de prensa en el Palacio del Ayuntamiento. Aseguró que no habrá impunidad y que las autoridades trabajan para esclarecer el caso. Sin embargo, la falta de avances inmediatos ha generado críticas sobre la efectividad de las medidas de seguridad en la ciudad.
La presidenta Claudia Sheinbaum también expresó su condolencia y prometió el apoyo del gobierno federal para la investigación. Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, ha coordinado esfuerzos con la fiscalía capitalina, pero la ausencia de resultados concretos alimenta la percepción de descontrol en la capital.
Este crimen ha reavivado el temor por la seguridad de los funcionarios públicos. Expertos señalan que el ataque no solo fue contra las víctimas, sino un mensaje directo al gobierno de la Ciudad de México. La violencia en la capital ha aumentado un 153.3% en el primer trimestre de 2025, según México Evalúa, lo que pone en entredicho las estrategias de seguridad de Brugada.
La impunidad en casos de alto impacto sigue siendo un problema recurrente. A cinco años del atentado contra García Harfuch, entonces jefe de la policía capitalina, este nuevo ataque resalta la vulnerabilidad de quienes ocupan cargos públicos. La ciudadanía exige respuestas claras y resultados inmediatos.
Los vehículos utilizados en el crimen, una camioneta y una motocicleta, fueron localizados gracias al seguimiento de cámaras de videovigilancia. Sin embargo, una cámara del C5 cercana al lugar del ataque no funcionaba, lo que ha generado más críticas hacia la infraestructura de seguridad de la ciudad.
La tragedia ha dejado un vacío en el equipo de Brugada, quien describió a Guzmán y Muñoz como personas comprometidas y cercanas. Mientras las familias de las víctimas enfrentan el duelo, la sociedad mexicana espera que este caso no se sume a la larga lista de crímenes sin resolver en el país.

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Asesinato de funcionarios en CDMX: Cuatro implicados en el crimen de colaboradores de Clara Brugada
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