En Toluca, la delincuencia no da tregua y ahora los estacionamientos se han convertido en un nuevo blanco para los criminales. Según reportes recientes, los robos a vehículos en estos espacios han aumentado significativamente, dejando a los propietarios y usuarios en un estado de alerta constante.
El pasado sábado, un establecimiento ubicado en la esquina de Villada e Instituto Literario, en pleno centro de la ciudad, fue escenario de un atraco descarado. Delincuentes ingresaron al lugar y, sin temor alguno, desvalijaron varios automóviles, llevándose autopartes y objetos de valor.
Este no es un caso aislado. Los dueños de estacionamientos en el Valle de Toluca reportan un incremento en los incidentes delictivos, especialmente desde el inicio de la pandemia. La crisis económica y la reducción de personal han obligado a muchos negocios a descuidar la seguridad, dejando los espacios vulnerables.
Julián Niembro Rivera, presidente de la Asociación de Estacionamientos del Valle de Toluca, señaló que los delincuentes han sofisticado sus métodos. En un caso reciente en Ixtlahuaca, los ladrones ingresaron con un vehículo robado, entregaron un boleto y se llevaron una camioneta más nueva, aprovechando las fallas en los controles de seguridad.
La falta de vigilancia efectiva es un problema recurrente. En muchos estacionamientos, la presencia de guardias es mínima o inexistente, y las cámaras de seguridad, cuando las hay, no siempre funcionan. Esto facilita que los criminales operen con impunidad.
Los ciudadanos exigen respuestas. Vecinos y usuarios de estos servicios han pedido mayor intervención de las autoridades municipales para reforzar la seguridad en los estacionamientos. Sin embargo, las medidas implementadas hasta ahora parecen insuficientes para frenar la ola de robos.
La situación se agrava con la percepción de que las autoridades han sido rebasadas. A pesar de algunos esfuerzos, como la entrega de botones de pánico a negocios, la delincuencia sigue adaptándose, encontrando nuevas formas de burlar los sistemas de seguridad.
Mientras tanto, los propietarios de estacionamientos enfrentan pérdidas económicas significativas. No solo deben lidiar con los robos, sino también con la desconfianza de los clientes, quienes prefieren evitar estos lugares por temor a ser víctimas de la delincuencia.
La incertidumbre también rodea proyectos como el Tren El Insurgente, donde la falta de estacionamientos aledaños podría generar más inseguridad en zonas como Zinacantepec y Lerma, según advierte Thelma Jacinto Sánchez, presidenta de la Asociación de Estacionamientos.
Toluca vive un momento crítico. La ciudadanía demanda acciones concretas para recuperar la seguridad en los espacios públicos y privados, mientras los negocios luchan por sobrevivir en medio de una creciente ola de violencia que parece no tener fin.