La violencia en México no da tregua: dos policías de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz fueron brutalmente asesinados en una emboscada en la autopista Vega de Alatorre-Emilio Carranza. El ataque ocurrió el miércoles 26 de marzo, dejando en evidencia, una vez más, la fragilidad de la seguridad en el país.
Según reportes, los agentes viajaban en una camioneta particular durante su día de descanso cuando fueron sorprendidos por un grupo armado. Los agresores abrieron fuego sin piedad, matando a dos oficiales en el acto y dejando a un tercero gravemente herido. La camioneta, que transportaba materiales de construcción, quedó fuera de la carretera tras el impacto.
El tramo de la carretera federal 180D Cardel-Nautla se convirtió en escenario de caos, con una intensa movilización policial tras el ataque. Las autoridades han desplegado un operativo para dar con los responsables, pero la falta de resultados inmediatos solo alimenta la percepción de impunidad que azota a Veracruz.
Este incidente se suma a una ola de violencia contra policías en el estado. En lo que va del año, al menos cuatro elementos habían sido asesinados antes de este suceso, según datos de Causa en Común. Veracruz sigue siendo un punto rojo en el mapa de la inseguridad nacional.
La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirá esta escalada de violencia sin que el gobierno federal o estatal tome medidas efectivas? Los ciudadanos y las fuerzas del orden quedan expuestos, mientras los grupos armados actúan con total descaro en las carreteras del país.