Ronald Johnson, un militar retirado y veterano de inteligencia, asumió formalmente su cargo como embajador de Estados Unidos en México. Este lunes, el exagente de la CIA presentó sus cartas credenciales a la presidenta Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional, marcando el inicio de una etapa que promete abordar temas críticos en la relación bilateral.
Con más de cuatro décadas de servicio, Johnson tiene un perfil marcado por su experiencia en las fuerzas especiales y la Agencia Central de Inteligencia. Su trayectoria incluye misiones como asesor militar en la guerra civil de El Salvador en los años 80 y la persecución de criminales de guerra en los Balcanes durante los 90. Este historial lo posiciona como un diplomático con un enfoque operativo, centrado en seguridad.
El nuevo embajador llega en un momento de tensiones bilaterales, con desafíos como el combate a los cárteles de la droga, el control de la migración y las negociaciones comerciales en el horizonte. Johnson ha dejado claro que su prioridad será presionar a México para cumplir con compromisos relacionados con la seguridad fronteriza y el tráfico de fentanilo, según declaraciones previas en el Senado estadounidense.
A su llegada a México el pasado 15 de mayo, Johnson fue recibido por el encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Mark Johnson. Su primera acción pública fue una visita a la Basílica de Guadalupe junto a su esposa Alina, donde expresó su deseo de trabajar en beneficio de ambas naciones, destacando su fe y valores familiares.
El viernes, un día después de su arribo, Johnson se reunió con el canciller Juan Ramón de la Fuente. El encuentro fue descrito por el embajador como “excelente”, mientras que la Cancillería mexicana lo calificó de “franco y directo”. Ambas partes acordaron basar la relación bilateral en la cooperación y el respeto mutuo, aunque el tono más reservado de la Cancillería sugiere cautela.
El nombramiento de Johnson, anunciado por Donald Trump en diciembre de 2024, rompe con una tradición de 120 años, ya que es el primer militar retirado en asumir este cargo desde 1905. Su experiencia previa como embajador en El Salvador, donde trabajó con Nayib Bukele, resalta su enfoque en reducir la violencia y la migración, un modelo que podría intentar replicar en México.
Sin embargo, su perfil militar y su historial en la CIA han generado preocupaciones. Durante su audiencia de confirmación en el Senado, Johnson no descartó la posibilidad de acciones militares unilaterales contra cárteles en México si ciudadanos estadounidenses estuvieran en peligro, una declaración que ha avivado debates sobre la soberanía mexicana.
Entre los retos inmediatos de Johnson está el manejo de las consecuencias del reciente accidente del buque escuela Cuauhtémoc, que colisionó con el puente de Brooklyn en Nueva York, dejando dos marineros muertos. Este incidente se suma a la compleja agenda bilateral, que incluye la renegociación del tratado de libre comercio y el reparto de aguas transfronterizas.
A diferencia de su predecesor, Ken Salazar, quien tuvo un enfoque más político, Johnson parece diseñado para ejecutar una agenda de mano dura. Su falta de experiencia en temas comerciales podría ser un obstáculo, especialmente con la revisión del TMEC programada para 2026.
La relación entre México y Estados Unidos entra en una nueva fase con Johnson al frente de la embajada más grande de Estados Unidos en el mundo. Su gestión será clave para determinar si la cooperación bilateral prevalecerá o si las tensiones por temas como migración y seguridad escalarán en los próximos años.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Nuevo Embajador de EU en México: Ronald Johnson, un Militar con Pasado en la CIA
Compartir: