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Asesinato de funcionarios en la CDMX sacude al gobierno de Clara Brugada

La mañana de este martes, un ataque directo conmocionó a la Ciudad de México. Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, y José Muñoz, su asesor, fueron asesinados a balazos en la Calzada de Tlalpan, en la colonia Moderna de la alcaldía Benito Juárez. El crimen, perpetrado por sicarios en motocicleta, expone una vez más la grave crisis de inseguridad que azota la capital bajo la administración de Morena.
El atentado ocurrió en una de las arterias más transitadas de la ciudad, cerca de la estación del Metro Xola. Según reportes, los agresores dispararon contra un vehículo Audi donde viajaban las víctimas, dejando un saldo de al menos 10 detonaciones. Las imágenes de las cámaras de videovigilancia captaron al principal atacante, vestido de blanco y con casco, abriendo fuego sin piedad. Los responsables huyeron y hasta ahora no han sido localizados.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, reaccionó desde su conferencia matutina en Palacio Nacional, asegurando que no habrá impunidad. Sin embargo, sus palabras suenan huecas para muchos, considerando que la violencia en el país no cede. Sheinbaum confirmó que el gobierno federal apoyará las investigaciones con recursos del Centro Nacional de Inteligencia, la Secretaría de la Defensa y la Marina, pero la falta de resultados inmediatos genera escepticismo.
Clara Brugada, visiblemente afectada, habló desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, acompañada por su gabinete y alcaldes de la ciudad. Describió a Ximena Guzmán como una mujer incansable y a José Muñoz como una mente brillante, ambos colaboradores clave desde su etapa en Iztapalapa. A pesar del dolor, insistió en que su gobierno mantendrá una lucha implacable contra la inseguridad, aunque los hechos de hoy cuestionan la efectividad de sus estrategias.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía General de Justicia de la CDMX ya analizan las grabaciones de las cámaras de seguridad para identificar a los responsables. Sin embargo, el hecho de que el ataque ocurriera en una zona céntrica y a plena luz del día pone en duda la capacidad de las autoridades para garantizar la seguridad, incluso de sus propios funcionarios.
Este crimen no es un caso aislado. Hace cinco años, Omar García Harfuch, actual secretario de Seguridad federal, sobrevivió a un atentado similar en la capital, vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación. La reincidencia de estos actos de violencia de alto perfil resalta la fragilidad del control que el gobierno de Morena presume tener sobre la delincuencia en la CDMX.
La indignación crece entre la ciudadanía, que ve cómo la violencia golpea incluso a los círculos más cercanos del poder. Las condolencias de Sheinbaum y las promesas de justicia no calman el descontento de quienes exigen acciones concretas para frenar la ola de inseguridad que parece desbordar a las autoridades.
Mientras las investigaciones avanzan, el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz se suma a una larga lista de hechos violentos que marcan la gestión de Morena en la capital. La pregunta que queda en el aire es si las autoridades cumplirán su promesa de justicia o si este caso, como tantos otros, quedará en la impunidad que sigue alimentando la desconfianza ciudadana.

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