El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio a conocer este 26 de marzo una nueva medida económica que impactará el comercio internacional. Desde la Casa Blanca, firmó un decreto que impone aranceles del 25% a todos los vehículos que no sean producidos en territorio estadounidense, una decisión que entrará en vigor el próximo 2 de abril.
La medida busca impulsar la industria automotriz local y atraer inversiones al país. Trump afirmó que los aranceles son una respuesta a las naciones que, según él, se aprovechan de Estados Unidos al realizar negocios y llevarse empleos y riqueza. “Si fabricas tu auto en Estados Unidos, no hay aranceles”, destacó durante el anuncio.
Países como México, Canadá, Japón y Corea del Sur, principales exportadores de automóviles a EE.UU., podrían ser los más afectados. Sin embargo, se aclaró que las autopartes fabricadas en México y Canadá bajo el T-MEC estarán exentas temporalmente, hasta que se definan procesos específicos para gravar solo los componentes no estadounidenses.
El mandatario subrayó que esta política generará un crecimiento significativo en el sector automotriz estadounidense. Citó como ejemplo a Honda, que recientemente optó por producir un nuevo modelo en Indiana en lugar de México, sugiriendo que los aranceles ya están influyendo en las decisiones de las empresas.
Analistas advierten que esta medida podría encarecer los vehículos para los consumidores estadounidenses y tensionar las relaciones comerciales con aliados clave. En 2024, EE.UU. importó autos y piezas por más de 475 mil millones de dólares, lo que refleja la magnitud del impacto potencial.
Trump también adelantó que el 2 de abril, al que llamó “Día de la Liberación”, anunciará más aranceles recíprocos contra países que graven productos estadounidenses. Por ahora, esta política se presenta como un paso firme en su agenda proteccionista, con efectos que se empezarán a sentir en pocos días.