En lo que va del 2025, Chihuahua ha registrado un alarmante total de 48 mujeres asesinadas, según datos oficiales. La mayoría de estos crímenes se concentran en Ciudad Juárez, con 34 casos, mientras que la capital, Chihuahua, reporta 10. Este aumento en la violencia de género pone en evidencia una crisis que parece no encontrar freno.
Del total de víctimas, 29 casos han sido clasificados como feminicidios, es decir, asesinatos motivados por razones de género. Ciudad Juárez lidera con 18 de estos feminicidios, seguida por la capital con 8. Los números reflejan una realidad sombría: las mujeres en el estado viven bajo una amenaza constante.
La impunidad agrava aún más la situación. Según reportes, el 89 por ciento de los homicidios en Chihuahua permanece sin resolverse. Esta falta de justicia permite que los agresores actúen con libertad, mientras las familias de las víctimas claman por respuestas que no llegan.
Organizaciones civiles y activistas han alzado la voz, señalando que la inacción de las autoridades es un factor clave en el incremento de la violencia. A pesar de las promesas de los gobiernos estatal y federal, las estrategias de seguridad no han logrado reducir estos crímenes.
Un caso particularmente estremecedor ocurrió en Ciudad Juárez, donde una bebé de seis meses fue asesinada y enterrada clandestinamente en una vivienda. Este hecho, junto con otros asesinatos de mujeres jóvenes, ha generado indignación en la comunidad.
Los datos también revelan patrones preocupantes: la mayoría de los feminicidios se cometen con arma blanca o a golpes, y las víctimas suelen ser mujeres jóvenes, entre 18 y 29 años. Estos crímenes no solo ocurren en la vía pública, sino también en espacios privados, como los hogares.
La sociedad civil exige medidas urgentes. Colectivos feministas han organizado marchas y protestas, pero las autoridades parecen incapaces de responder con acciones concretas. La percepción de inseguridad entre las mujeres en Chihuahua sigue en aumento.
Mientras tanto, el gobierno estatal, encabezado por Maru Campos, enfrenta críticas por no implementar políticas efectivas contra la violencia de género. Las promesas de coordinación entre instituciones no se han traducido en resultados tangibles.
La crisis de violencia contra las mujeres en Chihuahua no es nueva. Desde los años 90, con los casos de “Las Muertas de Juárez”, el estado ha sido un foco rojo en feminicidios. Sin embargo, las lecciones del pasado no parecen haber sido aprendidas.
Cada número en las estadísticas representa una vida perdida, una familia destrozada y una sociedad que sigue esperando justicia. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo continuará esta ola de violencia sin control?