En una sorpresiva votación dominical, el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes de Estados Unidos dio un nuevo impulso al ambicioso proyecto fiscal del presidente Donald Trump. La propuesta, que había sido frenada días antes por legisladores republicanos, incluye un controvertido impuesto del 5 por ciento a las remesas enviadas al extranjero, una medida que ha generado fuertes críticas en México y otros países de América Latina.
La iniciativa, conocida como el “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”, busca extender las exenciones fiscales implementadas durante el primer mandato de Trump entre 2017 y 2021, además de introducir nuevas rebajas tributarias. Entre los puntos destacados está la eliminación de impuestos sobre propinas y horas extras, así como deducciones fiscales para préstamos de autos fabricados en Estados Unidos. También se contemplan beneficios adicionales para personas mayores y familias con hijos.
El impuesto a las remesas, que afectaría a migrantes, residentes permanentes y personas con visas de trabajo o turismo, es uno de los aspectos más polémicos. Según estimaciones del Comité Conjunto de Impuestos del Capitolio, esta medida podría recaudar 22 mil millones de dólares entre 2025 y 2034. Sin embargo, solo los ciudadanos estadounidenses estarían exentos de este gravamen, lo que ha generado acusaciones de discriminación.
La votación del domingo, que resultó en 17 votos a favor y 16 en contra, marcó un avance significativo para el proyecto. Cuatro republicanos conservadores, que previamente se habían opuesto, optaron por votar “presente”, permitiendo que la propuesta pasara al Comité de Reglas. Este paso es crucial antes de que el plan llegue al pleno de la Cámara de Representantes para su discusión final esta semana.
El gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha calificado el impuesto como una injusticia y una acción discriminatoria contra los migrantes mexicanos. Sheinbaum ha señalado que los mexicanos en Estados Unidos ya pagan impuestos y que esta medida violaría tratados bilaterales, como el acuerdo de 1994 para evitar la doble tributación. La mandataria ha prometido explorar todas las vías para frenar esta iniciativa.
La propuesta también incluye recortes significativos al programa Medicaid, que brinda cobertura de salud a personas de bajos ingresos, con una reducción de más de 800 mil millones de dólares a partir de 2029. Este punto ha generado tensiones dentro del propio Partido Republicano, ya que los legisladores más conservadores exigen que estos recortes se implementen de manera más inmediata.
A pesar del avance, el proyecto aún enfrenta obstáculos. Los republicanos moderados buscan aumentar el límite de deducciones fiscales estatales y locales, mientras que los conservadores insisten en mayores recortes al gasto social. Estas divisiones internas podrían complicar la aprobación final en la Cámara Baja y, posteriormente, en el Senado.
El calendario propuesto por la Casa Blanca es ambicioso: buscan que el proyecto sea aprobado antes del Día de los Caídos, el 26 de mayo, y llegue al escritorio de Trump antes del 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos. Sin embargo, las negociaciones siguen en un punto delicado, y el resultado final aún es incierto.
En México, las remesas representan una fuente vital de ingresos, con cerca de 65 mil millones de dólares recibidos en 2024, según el Banco de México. La posible imposición de este impuesto ha encendido las alarmas, ya que podría reducir significativamente el flujo de estos recursos, afectando a millones de familias que dependen de ellos.
El debate sobre el plan fiscal de Trump continúa generando repercusiones a nivel internacional. Mientras los republicanos buscan consolidar su agenda económica, la resistencia de países como México y las divisiones dentro del propio partido podrían definir el futuro de esta controversial iniciativa.

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Republicanos en EU reactivan el polémico plan fiscal de Trump con un impuesto a remesas
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