Una pipa cargada de combustible volcó en la autopista México-Puebla, generando un caos vial y alertando a las autoridades por el riesgo de una tragedia mayor. El incidente ocurrió en el kilómetro 127, en el tramo que conecta con la calzada Zaragoza, dirección Veracruz, dejando a miles de automovilistas varados.
El accidente provocó un derrame de hidrocarburo que obligó al cierre total de la autopista en ambos sentidos. Las autoridades, visiblemente preocupadas, desplegaron un operativo de emergencia para contener la situación. La escena, descrita por testigos como alarmante, mostró el líquido inflamable esparciéndose por el asfalto.
Personal de Protección Civil de Puebla, Cruz Roja y Caminos y Puentes Federales (Capufe) trabajaron contrarreloj para mitigar los riesgos. La prioridad fue evitar una explosión, un peligro latente debido a la naturaleza del cargamento. Los equipos de rescate acordonaron la zona, mientras los bomberos evaluaban el alcance del derrame.
El tráfico se convirtió en un auténtico calvario. Largas filas de vehículos se extendieron por kilómetros, con conductores frustrados ante la falta de vías alternas inmediatas. Algunos reportaron esperas de varias horas, evidenciando la magnitud del colapso vial en una de las autopistas más transitadas del país.
Las autoridades no han aclarado las causas exactas del accidente. Versiones preliminares apuntan a una posible falla mecánica o error humano, pero la investigación está en curso. Lo cierto es que el incidente expone, una vez más, las precarias condiciones de seguridad en el transporte de materiales peligrosos.
La población cercana expresó su inquietud. Vecinos de la zona recordaron otros accidentes similares en la misma autopista, señalando la falta de medidas preventivas efectivas. La pregunta que todos se hacen es: ¿hasta cuándo se seguirán arriesgando vidas por la inacción de las autoridades?
El operativo continuó por varias horas, con labores intensas para trasladar el combustible y limpiar la vía. Capufe informó que la circulación se restableció parcialmente, pero el daño ya estaba hecho: un día perdido para miles de personas atrapadas en el caos.
Este incidente no solo paralizó una arteria clave del país, sino que vuelve a encender las alarmas sobre la inseguridad en las carreteras mexicanas. La ausencia de protocolos estrictos y la aparente impunidad en el mantenimiento de estas unidades siguen cobrando factura a la sociedad.

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¡Caos en la México-Puebla! Pipa de combustible vuelca y desata el pánico
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