El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha tomado una decisión histórica al aprobar por unanimidad la apertura de un proceso penal contra el expresidente Jair Bolsonaro. La medida, dictada este 26 de marzo de 2025, lo señala como presunto responsable de un intento de golpe de estado tras las elecciones de 2022.
La acusación, presentada por la Fiscalía en febrero, apunta a Bolsonaro y a siete de sus colaboradores más cercanos, entre ellos exministros y militares de alto rango. Se les imputan delitos graves como la abolición violenta del estado democrático, organización criminal armada y tentativa de golpe, relacionados con un plan para evitar la llegada al poder de Luiz Inácio Lula da Silva.
Según las investigaciones, el complot incluyó la elaboración de un decreto para justificar una intervención militar y anular los resultados electorales. También se menciona un supuesto plan para asesinar a Lula y al juez Alexandre de Moraes, aunque no se concretó por falta de apoyo en las Fuerzas Armadas.
Bolsonaro, quien no estuvo presente en la sesión judicial, podría enfrentar una pena de hasta 40 años de prisión si es hallado culpable. Desde la oficina de su hijo en el Senado, el exmandatario insistió en que es víctima de una persecución política y defendió su inocencia.
El proceso penal ahora entrará en una fase de recolección de pruebas y testimonios. Este caso marca un precedente en Brasil, un país aún sensible a los ecos de su pasado dictatorial, y pone a prueba la solidez de su democracia ante las acciones de uno de sus líderes más controversiales.