Una serie de tornados y tormentas severas azotó con furia los estados de Missouri y Kentucky, dejando un saldo trágico de al menos 21 personas fallecidas y decenas de heridos. El fenómeno, que ocurrió entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, devastó comunidades enteras, destruyendo viviendas, derribando infraestructura y dejando a miles sin suministro eléctrico.
En Kentucky, el condado de Laurel fue el más afectado, con nueve víctimas fatales confirmadas por el sheriff local. Las autoridades reportan numerosas lesiones graves, mientras los equipos de rescate trabajan sin descanso entre los escombros, buscando posibles sobrevivientes. El panorama es desolador, con casas reducidas a escombros y carreteras bloqueadas por árboles caídos.
Missouri no escapó de la tragedia. En la ciudad de St. Louis, cinco personas perdieron la vida, y otras dos fallecieron en el condado de Scott. Más de 5,000 hogares en el área metropolitana de St. Louis sufrieron daños severos, con estructuras colapsadas y techos arrancados por los vientos huracanados. La alcaldesa de la ciudad describió la situación como “verdaderamente horrenda”.
El sistema de tormentas, impulsado por un frente de baja presión, generó condiciones de extrema inestabilidad atmosférica en el Medio Oeste y el Valle de Ohio. Los tornados arrasaron tanto zonas urbanas como rurales, dejando un rastro de destrucción que incluye hospitales, escuelas y redes eléctricas. En algunos condados, las comunidades permanecen inaccesibles debido a los escombros.
Más de 700,000 hogares y negocios en una docena de estados se quedaron sin electricidad en las primeras horas del sábado. En Missouri, cerca de 100,000 clientes seguían sin servicio eléctrico hasta el mediodía, según reportes. Las compañías eléctricas han desplegado cuadrillas, pero advierten que la restauración total podría tomar días, especialmente en áreas remotas.
Los hospitales de la región están al límite. En St. Louis, el Hospital Barnes-Jewish recibió entre 20 y 30 pacientes afectados por la tormenta, algunos en estado grave. Por su parte, el Hospital Infantil de la ciudad atendió a 15 menores, de los cuales dos permanecen internados. La presión sobre los servicios médicos refleja la magnitud de la catástrofe.
Las autoridades locales han implementado medidas de emergencia. En St. Louis, se decretó un toque de queda nocturno en los barrios más afectados, mientras que el gobernador de Kentucky declaró el estado de emergencia. La Guardia Nacional y brigadas de voluntarios colaboran en la remoción de escombros y la asistencia a los damnificados.
El Servicio Meteorológico Nacional atribuye este violento brote de tornados a la colisión de un sistema frío con aire cálido proveniente del Golfo de México. Aunque lo peor del clima parece haber pasado, los meteorólogos advierten que nuevas tormentas podrían formarse en la región, manteniendo en alerta a las comunidades.
Los relatos de los sobrevivientes son estremecedores. En St. Louis, un hombre fue rescatado tras permanecer atrapado bajo los escombros de su casa durante horas. Equipos de bomberos trabajaron incansablemente para liberarlo, en un esfuerzo que simboliza la lucha de estas comunidades por salir adelante.
A medida que las labores de rescate y recuperación continúan, la magnitud de las pérdidas materiales y humanas sigue creciendo. Los residentes de Missouri y Kentucky enfrentan ahora el desafío de reconstruir sus vidas en medio de un paisaje marcado por la devastación.

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Devastación en el corazón de Estados Unidos: Tornados dejan 21 muertos y miles sin electricidad en Missouri y Kentucky
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