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Más de 200 mil personas se congregaron en la Plaza de San Pedro para presenciar la histórica misa de inicio del pontificado de León XIV, el nuevo líder de la Iglesia Católica. La ceremonia, cargada de simbolismo y solemnidad, marcó el comienzo oficial del ministerio petrino del cardenal estadounidense Robert Prevost, quien asumió el papado tras la muerte de Francisco.

La celebración, que tuvo lugar en la Basílica de San Pedro, reunió a fieles de todo el mundo y a más de 150 delegaciones internacionales. Entre los asistentes destacaron líderes mundiales como los reyes de España, Felipe VI y Letizia, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance. La presencia de tantas figuras políticas subrayó la relevancia global del evento.
León XIV, de 69 años, recorrió la plaza en el papamóvil antes de la misa, saludando a la multitud que lo aclamaba. Este gesto, lleno de cercanía, permitió a los fieles conectar con el nuevo pontífice, quien se mostró visiblemente emocionado. La ceremonia comenzó con una oración ante la tumba de San Pedro, un momento que resaltó el vínculo del Papa con el primer apóstol.
Durante la misa, León XIV recibió el palio y el Anillo del Pescador, símbolos de su autoridad como pastor de la Iglesia. El palio, una banda de lana blanca con cruces negras, representa al Buen Pastor que lleva a la oveja sobre sus hombros. El Anillo del Pescador, por su parte, simboliza la misión apostólica de Pedro como pescador de hombres.
En su homilía, el Papa ofreció un mensaje de unidad y esperanza, sin olvidar los conflictos globales. Hizo un llamado a la paz en regiones como Ucrania, Gaza y Myanmar, destacando la necesidad de construir puentes y buscar justicia. Sus palabras resonaron entre los asistentes, que escucharon con atención su visión para la Iglesia.
La ceremonia incluyó el rito de obediencia, donde representantes de la Iglesia, como cardenales, un obispo, un diácono, una pareja de esposos y dos jóvenes, expresaron su compromiso con el nuevo pontífice. Este acto simbolizó la comunión de la Iglesia universal con su líder, reforzando el carácter inclusivo del evento.
Más de 5 mil agentes de seguridad y 2 mil voluntarios garantizaron la protección de los asistentes, en un dispositivo que incluyó drones y controles estrictos. A pesar de las expectativas de una asistencia mayor, la cifra de 200 mil personas superó las estimaciones iniciales del Vaticano, que reportó 150 mil durante la misa.
La presencia de delegaciones de países como Perú, Italia y Estados Unidos destacó la diversidad de los asistentes. La presidenta peruana Dina Boluarte tuvo un lugar prominente, reflejando la conexión de León XIV con Perú, donde fue misionero por más de 20 años. Este lazo cultural añadió un toque especial a la ceremonia.
Tras la misa, León XIV saludó a las delegaciones internacionales en la basílica, incluyendo un emotivo encuentro con su hermano Louis. También se reunió con líderes como Zelenski, con quien habló sobre la búsqueda de una paz duradera en Ucrania, mostrando su interés por los temas globales desde el inicio de su pontificado.
El evento, que coincidió con el Año Santo proclamado por el papa Francisco, atrajo a peregrinos de todo el mundo, incluyendo a miles que participaron en el Jubileo de las Cofradías. La misa de León XIV no solo marcó el comienzo de su liderazgo, sino que reafirmó el papel de la Iglesia como un faro de esperanza en tiempos desafiantes.

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