El Tribunal Supremo de Brasil ha dado un paso histórico al abrir, por unanimidad, un proceso penal contra el expresidente Jair Bolsonaro y siete de sus excolaboradores. La decisión, tomada este miércoles, responde a las acusaciones de que intentaron dar un golpe de Estado tras las elecciones de 2022, buscando impedir que Luiz Inácio Lula da Silva asumiera el poder.
La investigación, liderada por la Fiscalía, señala a Bolsonaro como el principal responsable de una conspiración que incluyó planes de intervención militar. Entre los cargos están la abolición violenta del Estado democrático, organización criminal armada y daños al patrimonio público, delitos que podrían llevarlo a enfrentar hasta 40 años de prisión.
El juez Alexandre de Moraes, quien encabezó el caso, afirmó que existen pruebas claras de la participación de Bolsonaro en la trama golpista. Según la Fiscalía, el plan culminó en los ataques del 8 de enero de 2023, cuando seguidores del exmandatario invadieron las sedes del Supremo, el Congreso y la Presidencia en Brasilia.
Bolsonaro, por su parte, insiste en que es víctima de una persecución política y niega las acusaciones. Mientras tanto, el proceso penal inicia una nueva etapa que podría definir su futuro político y judicial, en un caso que mantiene la atención tanto en Brasil como en el ámbito internacional.