Agentes de ICE irrumpieron en un supermercado hispano en Tucson, Arizona, con armas y tácticas intimidantes. Más de 16 oficiales llegaron sin previo aviso, causando pánico entre empleados y clientes del Beef Master Meat Market. Marco Antonio López, dueño del negocio, relata cómo el operativo dejó su establecimiento casi desierto.
Desde esa visita, los trabajadores no han regresado. Muchos temen por sus familias, con estatus migratorio mixto, y evitan exponerse ante posibles redadas en sus hogares. López asegura que sus ingresos se han desplomado un 50%, forzándolo a cerrar la venta de comida preparada, un pilar clave de su negocio.
Otros comerciantes latinos en la zona reportan pérdidas similares. Los operativos de ICE y el Departamento de Seguridad Nacional han generado un efecto dominó: empleados huyen, proveedores se alejan y clientes evitan estos negocios por miedo. La comunidad hispana siente el impacto económico y emocional de estas acciones.
María Eugenia Carrasco, de la Coalición de Derechos Humanos de Arizona, denuncia la intimidación. Asegura que más de la mitad de los negocios en el sur de Tucson han sido visitados, pero pocos dueños se atreven a hablar por temor a represalias del gobierno.
López, originario de Hermosillo, Sonora, lleva 15 años al frente de su carnicería. Nunca había enfrentado algo así. Cuestiona si hay discriminación detrás de estas operaciones, pues no ha oído de visitas similares a negocios no latinos en el norte de la ciudad.
El tono alarmista resalta la inseguridad que estas incursiones generan en la comunidad. Los negocios, vitales para la economía local, enfrentan multas de hasta 27 mil dólares por empleado indocumentado, agravando su situación. La falta de acción clara del gobierno solo intensifica el problema.

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Visitas sorpresa de ICE a negocios de latinos espantan a trabajadores y compradores
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