La reducción marca un punto de inflexión en la crisis de opioides que ha afectado al país durante décadas. La epidemia, agravada por el consumo de fentanilo, un opioide sintético hasta 50 veces más potente que la heroína, alcanzó su pico durante la pandemia de COVID-19. En 2024, las muertes relacionadas con fentanilo cayeron de 76,000 a 48,422, lo que representa una disminución significativa.
Todos los estados, excepto Nevada y Dakota del Sur, reportaron una disminución en las muertes por sobredosis. Regiones como Ohio y Virginia Occidental, que han sido epicentros de la crisis, registraron las mayores caídas. Este avance se produce tras años de esfuerzos para combatir la epidemia, que ha cobrado más de un millón de vidas en las últimas dos décadas.
Uno de los factores clave detrás de esta tendencia es la mayor disponibilidad de naloxona, un medicamento que revierte los efectos de las sobredosis de opioides. Durante 2024, se distribuyeron millones de dosis de este antídoto, incluidas versiones de venta libre, lo que permitió salvar miles de vidas. Las campañas de distribución masiva han sido un pilar en la lucha contra la crisis.
Otro elemento importante ha sido la expansión de programas de tratamiento para la adicción. La administración del expresidente Joe Biden priorizó el acceso a terapias y la distribución de naloxona como parte de su estrategia nacional contra las drogas. Estas políticas han contribuido a reducir los decesos, aunque los expertos advierten que los recortes presupuestarios podrían frenar el progreso.
Por su parte, la administración del presidente Donald Trump, que asumió el poder en enero de 2025, se atribuye parte del éxito. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las inversiones realizadas desde 2017, cuando Trump declaró la crisis de opioides una emergencia de salud pública, han fortalecido los sistemas de prevención y monitoreo en todo el país.
A pesar de los avances, los expertos advierten que la crisis está lejos de resolverse. Las muertes por sobredosis en 2024, aunque menores, siguen siendo más altas que los niveles previos a la pandemia. Además, el fentanilo continúa dominando el mercado ilegal de drogas, lo que representa un desafío constante para las autoridades.
La conciencia social sobre los peligros del fentanilo también ha jugado un papel crucial. Las campañas dirigidas a los jóvenes han alertado sobre los riesgos de consumir drogas de origen dudoso, especialmente aquellas mezcladas con este opioide. Las tiras reactivas para detectar fentanilo en otras sustancias, como la cocaína, han ganado popularidad.
Sin embargo, persisten preocupaciones sobre la sostenibilidad de esta tendencia. Los recortes en la financiación federal y la posible reasignación de fondos provenientes de acuerdos legales con farmacéuticas podrían limitar los recursos para programas de prevención y tratamiento. Algunos estados han sido criticados por no utilizar estos fondos de manera efectiva.
A medida que Estados Unidos enfrenta este desafío, la reducción de muertes por sobredosis en 2024 ofrece un rayo de esperanza. No obstante, los expertos coinciden en que mantener esta tendencia requerirá un compromiso continuo, tanto a nivel local como federal, para abordar una epidemia que sigue cobrando miles de vidas cada año.

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En 2024, Estados Unidos registró una caída histórica en las muertes por sobredosis de drogas, con un descenso del 27% en comparación con el año anterior. Según datos provisionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, unas 80,000 personas fallecieron por esta causa, frente a las 110,000 de 2023. Este es el mayor descenso anual en los 45 años que la agencia lleva recopilando datos.
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