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Alarmante crisis en el cielo: el sistema de control aéreo de Estados Unidos enfrenta cientos de fallas semanales

El sistema de control aéreo de Estados Unidos está en una situación crítica, con cientos de fallas reportadas cada semana. Así lo admitió el secretario de Transporte, Sean Duffy, durante una audiencia ante el Comité de Apropiaciones del Senado. Esta declaración pone en evidencia los graves problemas de infraestructura que enfrenta el país, especialmente tras incidentes recientes que han encendido las alarmas.
Uno de los casos más preocupantes ocurrió el 28 de abril en el aeropuerto de Newark, que sirve a Nueva York. Durante un minuto y medio, la torre de control perdió contacto con varias aeronaves, generando un riesgo significativo. Aunque las autoridades aseguran que las operaciones son seguras, se ha reducido el tráfico aéreo para evitar más incidentes, una medida que no tranquiliza a los usuarios.
Duffy señaló que el sistema actual sufre de equipos obsoletos, algunos con más de 45 años de antigüedad, y una preocupante escasez de controladores aéreos. Incluso mencionó que, en algunos casos, se han tenido que adquirir repuestos en plataformas como eBay, una práctica que pone en duda la confiabilidad del sistema.
La falta de personal capacitado es otro problema grave. La Administración Federal de Aviación (FAA) enfrenta dificultades para contratar y retener controladores, lo que agrava las fallas en la gestión del tráfico aéreo. Esta situación ha llevado a retrasos en vuelos y a una creciente preocupación por la seguridad de los pasajeros.
El secretario de Transporte pidió al Congreso partidas presupuestarias urgentes para modernizar el sistema. Sin embargo, la magnitud del problema hace que las soluciones no sean inmediatas. La modernización tecnológica y la capacitación de nuevo personal podrían tomar años, mientras las fallas continúan acumulándose.
Los incidentes en aeropuertos clave, como Newark y Filadelfia, han puesto en el centro del debate la capacidad de Estados Unidos para mantener su liderazgo en la industria de la aviación. Países de otras regiones, como el Pacífico Sur y la Península Arábiga, están invirtiendo fuertemente en infraestructura aérea, mientras Estados Unidos parece rezagarse.
La opinión pública ha reaccionado con preocupación, especialmente tras las críticas de expertos que cuestionan si la FAA está siendo auditada con el mismo rigor que otros países. La seguridad aérea, un pilar fundamental, está ahora bajo escrutinio, y las autoridades deberán actuar rápidamente para evitar consecuencias más graves.
Esta crisis no solo afecta a los viajeros, sino que también tiene implicaciones económicas. Los retrasos y la reducción de vuelos impactan a aerolíneas, comercios y al turismo. La pregunta que queda en el aire es si el gobierno podrá responder a tiempo para restaurar la confianza en un sistema que, por ahora, parece estar al borde del colapso.

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