En un operativo que sacude a Guatemala, las autoridades capturaron a Édgar Amílcar de León Vargas, exalcalde de San Benito, Petén, acusado de liderar una red de narcotráfico con nexos internacionales. La detención, realizada en un exclusivo sector de la capital guatemalteca, marca un nuevo capítulo en la lucha contra el crimen organizado en la región.
De León Vargas, quien gobernó San Benito entre 2016 y 2020, es señalado por la justicia estadounidense como un pieza clave en el trasiego de cocaína hacia Estados Unidos. Según las investigaciones, su red operaba desde Petén, una región estratégica para el narcotráfico por su cercanía con México.
El exalcalde, de 48 años, fue arrestado junto a dos colaboradores cercanos en un operativo coordinado por la Policía Nacional Civil y el Ministerio Público de Guatemala. Las autoridades decomisaron vehículos de lujo, dinero en efectivo y documentos que vinculan a De León con actividades ilícitas.
La Corte Distrital del Sur de Florida emitió una orden de extradición contra De León Vargas, quien enfrentará cargos por conspiración para distribuir narcóticos. Este proceso refleja la creciente presión de Estados Unidos sobre figuras públicas involucradas en el crimen organizado en América Latina.
Durante su gestión como alcalde, De León Vargas proyectaba una imagen de líder comunitario, pero las acusaciones revelan un supuesto doble rostro. Vecinos de San Benito expresaron sorpresa, aunque algunos señalaron que los rumores sobre sus actividades ilícitas circulaban desde hace años.
El caso no es aislado. Petén, por su ubicación geográfica, es un corredor clave para el narcotráfico, lo que ha llevado a la captura de otras figuras públicas en la región. Las autoridades guatemaltecas han intensificado los operativos en los últimos años, pero el problema persiste.
La extradición de De León Vargas está en trámite, y se espera que en las próximas semanas sea trasladado a Estados Unidos. Mientras tanto, el Ministerio Público de Guatemala continúa investigando a posibles cómplices en el país, incluyendo funcionarios locales que podrían estar involucrados.
Este escándalo pone en el reflector la vulnerabilidad de las instituciones locales frente al poder del narcotráfico. La detención de un exalcalde refuerza la percepción de que el crimen organizado ha infiltrado distintos niveles de gobierno en Guatemala, un desafío que sigue sin resolverse.