La inseguridad en Zapopan, Jalisco, ha alcanzado niveles alarmantes tras los recientes asesinatos de la influencer Valeria Márquez y el exdiputado priista Luis Armando Córdova. Ambos crímenes, ocurridos el pasado martes en plazas comerciales, han desatado una ola de críticas contra las autoridades locales. Los hechos, ejecutados por sicarios en motocicleta, exponen la vulnerabilidad de una de las zonas más exclusivas del municipio.
Salvador Zamora, coordinador estratégico de Seguridad de Jalisco, admitió que las autoridades carecieron de capacidad de reacción ante estos ataques directos. En declaraciones, señaló que este tipo de agresiones son difíciles de prevenir, ya que escapan al control de las corporaciones policiales. Sin embargo, esta postura ha generado indignación entre los ciudadanos, quienes exigen medidas concretas para frenar la violencia.
Los locatarios de las plazas comerciales donde ocurrieron los asesinatos expresaron su temor. Trabajadores de negocios cercanos al salón de belleza donde Valeria Márquez fue ejecutada pidieron más cámaras de vigilancia y patrullajes. La escena del crimen, acordonada y con un letrero de la Fiscalía, es un recordatorio constante de la inseguridad que acecha incluso en áreas de alto nivel.
En el caso de Luis Armando Córdova, asesinado en otro punto de Zapopan, las autoridades no han proporcionado avances significativos. La falta de detenciones y la aparente impunidad de los responsables han intensificado las críticas hacia el gobierno municipal. Vecinos y comerciantes señalan que la violencia está más cerca de lo que imaginaban, afectando su día a día.
Zamora defendió los indicadores de seguridad, asegurando que Zapopan tiene la menor percepción de inseguridad en la Zona Metropolitana de Guadalajara. No obstante, los datos contrastan con la realidad: en el último año, seis personas han sido asesinadas en el cuadrante de las colonias Valle Real, Jardín Real, Residencial Poniente y Puerta de Hierro. Esta cifra incluye los crímenes del martes, que han sacudido a la comunidad.
El coordinador de Seguridad insistió en que se reforzará la vigilancia en colaboración con la Guardia Nacional. Sin embargo, la promesa de más presupuesto para la Policía Municipal no calma a una población que vive con miedo. Los locatarios, en particular, demandan acciones inmediatas, como mayor presencia policial y sistemas de monitoreo más efectivos.
La Fiscalía de Jalisco ha tomado las investigaciones, pero los detalles sobre los móviles de los asesinatos aún son escasos. En el caso de Valeria Márquez, el expediente clasificado como feminicidio agrega una capa de preocupación sobre la violencia de género en la región. Mientras tanto, la ausencia de pistas sobre los responsables mantiene a la ciudadanía en vilo.
Estos sucesos se suman a una lista de crímenes en Zapopan que han marcado el último año. Desde el asesinato de dos hombres en una plaza comercial en abril hasta el homicidio de una joven de 16 años por su expareja, la violencia no da tregua. La percepción de seguridad que presume Zamora parece desmoronarse ante la realidad de las calles.
La respuesta de las autoridades, hasta ahora, no ha convencido a los habitantes de Zapopan. La promesa de reforzar la seguridad choca con la incapacidad de prevenir ataques tan descarados. Mientras los responsables siguen prófugos, la ciudadanía se pregunta cuánto más tendrá que esperar para sentirse segura en su propio municipio.

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Falta de reacción en Zapopan: Salvador Zamora bajo fuego por ola de violencia
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