En un operativo sin precedentes, las autoridades mexicanas han dado un golpe contundente al crimen organizado en Tabasco, al decomisar un millón y medio de litros de hidrocarburo robado, conocido como “huachicol”. Este mega decomiso, realizado en el municipio de Comalcalco, expone la magnitud del robo de combustible que afecta a Petróleos Mexicanos (Pemex) y al país entero.
El operativo, encabezado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, contó con la participación de la Defensa Nacional, la Marina, la Fiscalía General de la República y autoridades locales. En dos predios ubicados cerca de la refinería Olmeca, en Comalcalco, se encontraron mil quinientos cubitanques repletos de combustible ilícito, además de maquinaria para procesar petróleo crudo.
La magnitud del hallazgo es alarmante: un millón quinientos mil litros de hidrocarburo almacenados de manera ilegal, listos para ser distribuidos por redes criminales. En uno de los predios, las autoridades detuvieron a un sujeto, quien ahora enfrenta cargos ante el Ministerio Público.
Pero el operativo no solo reveló combustible robado. En los inmuebles se encontraron tres presas de crudo, utilizadas para separar aceite y petróleo, lo que demuestra la sofisticación de estas operaciones delictivas. Este nivel de infraestructura sugiere que el robo de hidrocarburo es un negocio millonario que opera con impunidad.
El titular de la Secretaría de Seguridad, Omar García Harfuch, destacó que este decomiso es parte de la Estrategia Nacional de Seguridad. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿cómo fue posible acumular tal cantidad de combustible robado sin que las autoridades lo detectaran antes? La cercanía de los predios a la refinería Dos Bocas levanta sospechas sobre posibles complicidades.
Este decomiso, aunque significativo, es solo una muestra del problema estructural que representa el huachicol en México. Según reportes, el Cártel Jalisco Nueva Generación lidera estas operaciones, generando ganancias multimillonarias a costa de Pemex y los recursos nacionales.
El impacto económico es devastador. El robo de combustible le cuesta al país miles de millones de pesos cada año, recursos que podrían destinarse a salud, educación o infraestructura. Mientras tanto, los consumidores enfrentan el alza en los precios de la gasolina, pagando las consecuencias de esta crisis.
Las autoridades han sellado los predios y continúan las investigaciones para dar con otros involucrados. Sin embargo, este mega decomiso deja en evidencia la urgencia de atacar de raíz el problema del huachicol, que sigue creciendo bajo la sombra de la impunidad.
El caso de Comalcalco es un reflejo de la batalla que México libra contra el crimen organizado. Aunque este operativo marca un avance, la magnitud del decomiso pone en duda la efectividad de las medidas actuales para frenar este delito que sangra al país.

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** Zeus se apodera de un millón y medio de litros de combustible robado en Tabasco
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