En el Estado de México, una especie única de araña violinista, conocida como Loxosceles tenochtitlan, ha capturado la atención de científicos y ciudadanos por su presencia en zonas urbanas. Descubierta en 2019 por investigadores de la UNAM, esta araña es nativa del Valle de México, incluyendo la Ciudad de México, Edomex y Tlaxcala. Su hallazgo ha revelado un riesgo que muchos desconocen en sus propios hogares.
Esta araña, de entre 3 y 5 centímetros, se distingue por la marca en forma de violín en su cefalotórax. Aunque es tímida y evita el contacto humano, su mordedura puede ser peligrosa. El veneno de la Loxosceles tenochtitlan puede causar desde lesiones cutáneas severas hasta, en casos extremos, complicaciones fatales si no se trata a tiempo. La atención médica inmediata es crucial.
Los lugares favoritos de esta araña son oscuros, húmedos y con poco movimiento. Casas, bodegas, armarios, sótanos y zonas con basura acumulada son sus refugios ideales. En áreas urbanas, es común encontrarla entre objetos arrumbados o en desechos que atraen insectos, su principal alimento. La falta de limpieza en estos espacios aumenta el riesgo de un encuentro inesperado.
La temporada de mayor actividad de la araña violinista va de abril a septiembre, coincidiendo con el calor de la primavera y la humedad de las lluvias. Durante estos meses, las arañas se reproducen y se mueven más, lo que eleva la probabilidad de que entren en contacto con humanos. Sus hábitos nocturnos las hacen aún más difíciles de detectar.
A diferencia de otras especies, la Loxosceles tenochtitlan no es agresiva. Solo muerde cuando se siente amenazada, como al ser aplastada accidentalmente o al manipular objetos donde se esconde. Sin embargo, su mordedura puede pasar desapercibida al principio, ya que no siempre es dolorosa. Los síntomas, como enrojecimiento, inflamación o coloración morada, pueden tardar en manifestarse.
Para prevenir riesgos, los expertos recomiendan mantener la limpieza en el hogar. Sacudir ropa y zapatos antes de usarlos, revisar camas y evitar acumular objetos en desuso son medidas clave. En exteriores, como jardines o parques, también es importante tener precaución, ya que estas arañas pueden habitar en áreas con vegetación o escombros.
En caso de una mordedura, la Secretaría de Salud aconseja lavar la zona con agua y jabón, aplicar hielo y buscar atención médica de inmediato. Llevar la araña, si es posible, ayuda a confirmar la especie y agiliza el tratamiento. Los hospitales en el Edomex están equipados con antídotos para tratar estas mordeduras, pero el tiempo es crítico.
El descubrimiento de esta araña endémica ha puesto en evidencia la importancia de conocer la fauna local, incluso en entornos urbanos. La Loxosceles tenochtitlan es un recordatorio de que la naturaleza puede sorprendernos, incluso en los rincones más cotidianos de nuestras vidas. La prevención y la información son las mejores herramientas para convivir con este pequeño pero temido arácnido.
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La araña violinista endémica que acecha en el Edomex: un peligro oculto en casas y bodegas
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