La violencia y la impunidad en México no dan tregua: autoridades federales capturaron a Rey “N”, conocido como “El Negro”, un ex policía municipal señalado por su presunta participación en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014. El arresto tuvo lugar en Iguala, Guerrero, epicentro de uno de los episodios más oscuros del país.
Este sujeto, de 50 años, enfrenta cargos por delincuencia organizada y desaparición forzada. Según las investigaciones, en aquella fatídica noche de septiembre, Rey “N” habría custodiado una camioneta usada para trasladar a los estudiantes, mientras colaboraba con el grupo criminal Guerreros Unidos. Un detalle que pone en evidencia la colusión entre autoridades y el crimen organizado.
La detención fue ejecutada por un operativo conjunto que incluyó a la Fiscalía General de la República, el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional. Sin embargo, la captura de este individuo, más de una década después, levanta dudas sobre la efectividad y voluntad del gobierno para resolver este caso que sigue sangrando en la memoria nacional.
La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo se hará justicia plena por los 43? Mientras el tiempo pasa, la inseguridad persiste y las familias de las víctimas continúan exigiendo respuestas que no llegan. Este arresto, aunque relevante, parece ser apenas un parche en un sistema que no logra detener la violencia ni garantizar seguridad a los ciudadanos.