El senador Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado y figura clave de Morena, ha dado un giro inesperado en su discurso sobre el polémico caso del rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco. Tras días de minimizar los hallazgos de crematorios clandestinos y cientos de objetos personales, ahora asegura que la verdad saldrá a la luz, pero no sin antes lanzar críticas mordaces al manejo del asunto.
En una videoconferencia desde Europa, donde asiste a un evento parlamentario, Noroña insistió en que las acusaciones sobre un supuesto campo de exterminio son especulaciones infladas por la oposición. Con un tono cargado de sarcasmo, afirmó que el gobierno de Claudia Sheinbaum no tiene nada que ocultar, aunque sus palabras chocan con la indignación de colectivos de buscadores que exigen respuestas claras.
El morenista no dudó en arremeter contra quienes han cuestionado la actuación federal, tildándolos de oportunistas que buscan desprestigiar a la 4T. Según él, la investigación de la Fiscalía General de la República será definitiva, pero su confianza suena más a desafío que a certeza frente a un caso que ha sacudido al país.
Mientras tanto, la presión crece en México por el macabro descubrimiento en Teuchitlán, donde se hallaron restos óseos y pertenencias que apuntan a víctimas del crimen organizado. La postura de Noroña, oscilando entre la negación y la promesa de justicia, solo aviva las dudas sobre la seriedad del gobierno ante la crisis de desaparecidos.
Lejos de calmar las aguas, sus declaraciones desde el extranjero refuerzan la percepción de un Morena desconectado de la tragedia nacional. El senador promete verdad, pero su historial de contradicciones deja un sabor amargo entre quienes claman por acción, no por discursos.