Ricardo Monreal, líder de Morena en la Cámara de Diputados, salió al paso de las acusaciones y negó tajantemente que exista presión sobre las legisladoras de su partido para influir en la votación sobre el desafuero de Cuauhtémoc Blanco, un caso que ha generado revuelo por las graves imputaciones en su contra.
El exgobernador de Morelos y actual diputado enfrenta una solicitud de desafuero por una denuncia de agresión sexual presentada por su media hermana, pero Monreal insiste en que no hay ninguna línea impuesta: “A todas las mujeres las respetamos y queremos mucho, cada una tiene su propio criterio”.
El tono del coordinador morenista busca calmar las aguas en un partido que parece fracturarse, con legisladoras exigiendo justicia y transparencia mientras otras cierran filas en torno a Blanco, un personaje que no deja indiferente a nadie dentro de la 4T.
La votación, programada para decidir si se desecha o no el proceso, pone a prueba la cohesión de Morena y expone las tensiones internas, todo bajo la mirada crítica de una oposición que no pierde oportunidad de señalar las contradicciones del partido en el poder.
Lo que pase en el pleno será un reflejo de hasta dónde está dispuesto Morena a proteger a uno de los suyos, mientras el caso de Blanco sigue alimentando el debate sobre el fuero y la impunidad en la política mexicana.