Un avión de entrenamiento T-4 de la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón se estrelló en un estanque en la ciudad de Inuyama, en el centro del país, dejando a dos tripulantes desaparecidos. El incidente ocurrió poco después de que la aeronave despegara de la Base Aérea de Komaki, en la prefectura de Aichi.
El accidente tuvo lugar en la mañana del martes, cuando el avión, que realizaba un vuelo de entrenamiento rutinario, perdió contacto con la base. Testigos locales reportaron haber visto una columna de humo en la zona del impacto, cerca de un área residencial.
Las autoridades japonesas confirmaron que el avión no llevaba armamento a bordo, lo que descarta riesgos adicionales para la población. Sin embargo, la cercanía del lugar del accidente a zonas habitadas ha generado preocupación entre los residentes de Inuyama.
Equipos de rescate y bomberos fueron desplegados de inmediato al lugar del siniestro. Las labores de búsqueda se centran en el estanque donde cayó la aeronave, pero las autoridades aún no han localizado a los dos tripulantes que iban a bordo.
El gobierno japonés, a través del secretario jefe del gabinete, Yoshimasa Hayashi, informó que se ha iniciado una investigación para determinar las causas del accidente. Por el momento, no se ha revelado si el siniestro fue provocado por un fallo técnico o un error humano.
La Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón utiliza los aviones T-4 para entrenar a pilotos en maniobras básicas y avanzadas. Este modelo, fabricado por Kawasaki Heavy Industries, es conocido por su maniobrabilidad y se emplea tanto en misiones de entrenamiento como en exhibiciones acrobáticas del equipo Blue Impulse.
Este incidente se suma a otros accidentes aéreos recientes en el ámbito militar a nivel global, lo que ha levantado preguntas sobre los protocolos de seguridad en vuelos de entrenamiento. En Japón, las Fuerzas de Autodefensa operan bajo estrictas regulaciones, pero el accidente podría generar un debate sobre la necesidad de revisar los procedimientos.
Las autoridades han pedido a la población mantenerse alejada de la zona del accidente para facilitar las operaciones de rescate. Mientras tanto, los familiares de los tripulantes desaparecidos esperan noticias en un ambiente de incertidumbre.
El impacto del siniestro ha resonado en todo Japón, un país donde los estándares de seguridad aérea son generalmente altos. La comunidad local ha expresado su solidaridad con los afectados, mientras el gobierno promete esclarecer los hechos lo antes posible.