La Universidad Autónoma de Chihuahua (UACH) celebró un emotivo reconocimiento al maestro Luis Alfonso Rivera Soto por sus 50 años de trayectoria académica y jurídica. El evento, realizado en el Centro Universitario Quinta Gameros, reunió a autoridades, colegas y estudiantes para honrar a una figura clave en la formación de generaciones de profesionales.
Rivera Soto, decano de la Facultad de Derecho, ha dejado una huella imborrable en la UACH. Su carrera comenzó en 1971, cuando ingresó como docente, y desde entonces ha impartido clases con pasión y compromiso. Su dedicación no solo se refleja en las aulas, sino también en los cargos que ocupó, como secretario general de la universidad y procurador general de justicia del estado.
Durante la ceremonia, el rector Luis Alfonso Rivera Campos destacó la sabiduría y los valores del maestro. Resaltó cómo su trabajo ha moldeado a miles de estudiantes, muchos de los cuales hoy son líderes en el ámbito judicial de Chihuahua. El homenaje incluyó palabras de gratitud de parte de la comunidad universitaria.
El maestro Rivera Soto también fue reconocido por su impacto más allá de la docencia. Su labor como defensor de oficio y su participación en la formación de políticas públicas en el estado han sido fundamentales. Estas contribuciones lo convirtieron en un referente de integridad y profesionalismo.
Uno de los momentos más emotivos fue la entrega de una placa conmemorativa. Este gesto simbolizó el agradecimiento de la UACH por los 50 años de entrega del maestro. Los asistentes aplaudieron de pie, mostrando el respeto y cariño que la comunidad siente por él.
El homenaje también sirvió para recordar la importancia de la educación pública. La UACH, con 70 años de historia, se enorgullece de contar con docentes como Rivera Soto, quienes han fortalecido su prestigio. Su legado es un ejemplo para las nuevas generaciones de universitarios.
Rivera Soto, visiblemente emocionado, agradeció a sus colegas, alumnos y familia por acompañarlo en este camino. Reflexionó sobre la satisfacción de haber contribuido al crecimiento de la universidad y al desarrollo de sus estudiantes. Sus palabras resonaron entre los presentes.
El evento cerró con un recorrido por Quinta Gameros, donde los asistentes compartieron anécdotas sobre el maestro. La ceremonia no solo celebró una carrera excepcional, sino también el impacto de la educación en la sociedad. El nombre de Luis Rivera Soto quedará grabado en la historia de la UACH.