Un nuevo capítulo de tensión se vivió afuera de las oficinas de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, donde Rosario Piedra Ibarra, titular del organismo, tuvo que salir a enfrentar a la activista Ceci Flores tras un altercado que dejó a todos en shock. La madre buscadora, conocida por su lucha incansable, no se quedó callada y llevó su reclamo hasta las puertas de la CNDH.
Ceci Flores, líder de Madres Buscadoras de Sonora, llegó a las instalaciones exigiendo una audiencia con Piedra Ibarra. Según la activista, su intención era dialogar sobre la crisis de desapariciones en México, pero se topó con una negativa rotunda para entrar. Flores denunció que, lejos de ser recibida, ella y su hija fueron agredidas por el personal de seguridad, lo que desató una protesta que paralizó las oficinas.
La situación escaló cuando Flores, acompañada de un grupo de colectivos, decidió tomar las instalaciones de la CNDH. En un video difundido en redes sociales, se observa a un joven con sangre en el codo, supuestamente herido por los guardias. La activista no dudó en señalar a Rosario Piedra como la responsable de este caos, acusándola de ignorar el dolor de las víctimas y de encabezar una institución que, según ella, justifica la inacción.
Rosario Piedra, por su parte, salió al paso de las críticas. Tras horas de tensión, finalmente accedió a reunirse con Ceci Flores, pero no dentro de las oficinas, sino en la calle, a las afueras del edificio. Durante el encuentro, Flores le entregó una pala, un gesto simbólico para recordarle el sufrimiento de las familias que buscan a sus desaparecidos, evocando la lucha de la propia madre de Piedra, Rosario Ibarra de Piedra.
En la reunión, Piedra Ibarra se comprometió a abrir las puertas de la CNDH a todos los colectivos que lo soliciten y a dar seguimiento a los casos de desapariciones. También prometió renovar a los funcionarios que, según Flores, obstaculizan el trabajo de las víctimas. Sin embargo, estas promesas no calmaron los ánimos de la activista, quien insistió en que la titular no está a la altura del cargo.
La CNDH, bajo el mando de Piedra Ibarra, ha sido blanco de críticas constantes por su presunta cercanía con el gobierno de Morena. Activistas y opositores la acusan de minimizar la crisis de desapariciones y de no actuar como un contrapeso real ante las autoridades. Este nuevo enfrentamiento con Ceci Flores solo aviva las dudas sobre su gestión al frente de un organismo que debería defender a las víctimas.
Ceci Flores, visiblemente indignada, dejó claro que no descansará hasta que se haga justicia. Su toma de las oficinas y la amenaza de bloquear el Periférico muestran la desesperación de miles de familias que buscan respuestas. La activista exigió que Piedra Ibarra asuma su responsabilidad o deje el cargo, una demanda que resonó en redes sociales, donde los hashtags contra la titular se multiplicaron.
El altercado pone en evidencia, una vez más, la fractura entre la CNDH y los colectivos de víctimas. Mientras Rosario Piedra intenta defender su gestión, la presión crece para que el organismo responda con hechos concretos. La reunión con Flores, aunque logró calmar momentáneamente las aguas, deja un sabor amargo: el camino hacia la justicia sigue lleno de obstáculos.
Este enfrentamiento no es un hecho aislado. La CNDH ha estado en el ojo del huracán por su manejo de casos sensibles, y Rosario Piedra no logra sacudirse las acusaciones de ineficiencia. La pregunta que queda en el aire es si este encuentro con Ceci Flores marcará un cambio real o si será solo una promesa más que se desvanece en el aire.