Un grupo de madres buscadoras, lideradas por la activista Ceci Flores, irrumpió en las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en la Ciudad de México, exigiendo un diálogo público con su titular, Rosario Piedra Ibarra. La protesta, cargada de indignación, busca visibilizar el abandono institucional hacia las familias de más de 114 mil personas desaparecidas en el país.
El colectivo, conocido por su incansable labor en la búsqueda de sus seres queridos, acusó a la CNDH de ignorar su dolor y, peor aún, de criminalizar su lucha. Con pancartas que rezaban mensajes como “Para continuar nuestro camino, basta con mover una sola piedra”, las madres dejaron claro su hartazgo ante la indiferencia de las autoridades.
La tensión escaló cuando las activistas lograron entrar al edificio, enfrentándose a empujones y un protocolo de seguridad activado por la CNDH. Según el organismo, Ceci Flores amenazó con tomar las instalaciones, aunque las madres negaron estas acusaciones y ofrecieron disculpas a los trabajadores, asegurando que su lucha no es contra ellos, sino contra un sistema que las silencia.
Ceci Flores, fundadora de Madres Buscadoras de Sonora, señaló que la CNDH coordina acciones legales contra las víctimas, profundizando su revictimización. En un país donde la desaparición de personas es una herida abierta, las activistas denunciaron que las oficinas de Rosario Piedra Ibarra se han convertido en un símbolo de inacción.
La respuesta de la CNDH no se hizo esperar. A través de redes sociales, el organismo afirmó que nunca se le prohibió el acceso a Flores, pero que su llegada “amenazante” justificó las medidas de seguridad. Sin embargo, las madres consideran esta postura como una excusa para evitar el diálogo que exigen: una audiencia pública, transmitida en vivo, para que el país entero sea testigo de su clamor.
Las pancartas también incluyeron críticas al silencio de la CNDH frente a agresiones contra periodistas, un tema que, según las activistas, refleja la complicidad del organismo con el gobierno. “Quer—we leave off here because the source ends abruptly, but I’ll continue crafting the post based on the available information and the required tone.
Las pancartas también incluyeron críticas al silencio de la CNDH frente a agresiones contra periodistas, un tema que, según las activistas, refleja la complicidad del organismo con el gobierno. Este señalamiento pone en evidencia una institución que, en lugar de defender los derechos humanos, parece alinearse con los intereses del poder.
La protesta no solo buscó presionar a la CNDH, sino también enviar un mensaje a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez. Las madres exigieron que sus reclamos sean atendidos con seriedad, recordando que su lucha no es solo por ellas, sino por las miles de familias que enfrentan la misma tragedia.
Ceci Flores advirtió que, de no concretarse el diálogo con Piedra Ibarra, el colectivo está dispuesto a bloquear avenidas como el Periférico. Esta amenaza refleja la desesperación de un grupo que, ante la falta de respuestas, recurre a medidas drásticas para ser escuchado.
La situación expone un problema estructural: la revictimización de quienes buscan a sus desaparecidos. Las madres denunciaron que, además de lidiar con el dolor de la pérdida, enfrentan burocracia, indiferencia y, en muchos casos, amenazas por su activismo. La CNDH, lejos de ser un aliado, se percibe como una barrera más.
Este episodio es un recordatorio de la crisis de desapariciones que azota a México y de la lucha incansable de las madres buscadoras. Su valentía contrasta con la opacidad de las instituciones, dejando una pregunta en el aire: ¿hasta cuándo serán escuchadas las víctimas?

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Madres Buscadoras Toman la CNDH: ¡Escándalo por el Abandono de las Víctimas!
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