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¡Ebrard promete claridad en el T-MEC mientras México tiembla ante la incertidumbre!

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha salido a calmar las aguas en medio de un torbellino económico que sacude a México. En un intento por apaciguar a inversionistas y consumidores, aseguró que la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se adelantará al segundo semestre de 2025, un año antes de lo planeado. Pero, ¿es esto una estrategia genuina o solo un parche para tapar las grietas de un gobierno tambaleante?
La presión viene desde Washington, donde el presidente Donald Trump ha agitado las aguas con su amenaza de renegociar el T-MEC. Ebrard, en un tono optimista que no convence a todos, afirmó que espera un acuerdo rápido con Estados Unidos y Canadá. Según él, esta revisión anticipada busca reducir la incertidumbre que mantiene a los inversionistas con el corazón en la mano. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿puede este gobierno realmente garantizar estabilidad?
El T-MEC, pilar del comercio en Norteamérica, está en la cuerda floja. México, que envía más de 505 mil millones de dólares en exportaciones anuales a Estados Unidos, no puede darse el lujo de tropezar. Ebrard insiste en que acelerar las negociaciones es la clave para fortalecer la integración económica de la región. Pero las promesas del secretario chocan con un panorama complicado, donde las amenazas arancelarias de Trump podrían golpear duro a la economía mexicana.
En un intento por mostrar control, Ebrard destacó que el diálogo con su homólogo estadounidense, Howard Lutnick, ha sido “cordial” y “razonable”. Sin embargo, las diferencias entre ambos países no son un secreto. Desde el acero hasta el aluminio, pasando por problemas como el gusano barrenador, los roces comerciales están a la orden del día. ¿Es este tono conciliador una señal de fortaleza o un intento desesperado por evitar un desastre?
El gobierno de Claudia Sheinbaum, que respalda la estrategia de Ebrard, parece caminar sobre una cuerda floja. La presidenta ha insistido en que el T-MEC ha sido “muy benéfico” para los tres países, pero sus palabras suenan más a deseo que a realidad. Con Trump al mando en Estados Unidos, la renegociación podría incluir temas espinosos como reglas de origen, contenido laboral o incluso reformas internas en México, como la polémica del Poder Judicial.
Mientras tanto, Ebrard no se cansa de vender optimismo. En un evento reciente con empresas fintech, aseguró que México está listo para aprovechar las oportunidades que surjan de la revisión del tratado. Según él, el país podría atraer inversiones que abandonen China, especialmente en sectores como farmacéuticos y semiconductores. Pero, ¿es esto un plan sólido o solo un sueño que se desvanece ante la realidad?
La incertidumbre también afecta al Plan México, la estrategia de inversión del gobierno. Ebrard admitió que de los casi dos mil proyectos de inversión privada identificados, 441 están en “foco rojo” por problemas diversos. Resolver estas trabas, según el secretario, es una prioridad. Sin embargo, la falta de claridad en temas como seguridad y la reforma judicial sigue espantando a los inversionistas, dejando en duda la capacidad del gobierno para cumplir sus promesas.
El comercio bilateral con Estados Unidos, que en su mayoría opera sin aranceles, es un activo que México no puede perder. Ebrard subrayó que cualquier desacuerdo en el T-MEC sería “muy caro” para ambas partes. Pero con un gobierno que parece improvisar ante las presiones externas, la confianza de los mexicanos en sus líderes está en juego. La revisión del T-MEC será una prueba de fuego, y el tiempo dirá si Ebrard y Sheinbaum están a la altura del desafío.

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