Aunque el costo económico disminuyó ligeramente respecto a 2023, cuando fue de 4.9 billones de pesos, la cifra sigue siendo alarmante. Los homicidios representaron el 38 por ciento de este impacto, con un costo de 1.7 billones de pesos, mientras que los crímenes violentos, como robos y asaltos, aportaron un 33 por ciento, sumando 1.5 billones de pesos.
El informe destaca que México gasta apenas el 0.7 por ciento de su PIB en seguridad y justicia, menos de la mitad del promedio de América Latina y los países de la OCDE. Esta falta de inversión, combinada con altos niveles de corrupción e impunidad, perpetúa un ciclo de violencia que parece no tener fin.
A pesar de una marginal mejora del 0.7 por ciento en los niveles de paz en 2024, el panorama sigue siendo desolador. Los homicidios son un 54.7 por ciento más frecuentes que hace una década, y los delitos con armas de fuego han aumentado un 71.2 por ciento desde 2015, según el reporte.
El crimen organizado no da tregua. Las extorsiones han crecido un 45.5 por ciento y los delitos relacionados con drogas al menudeo se han disparado un 161 por ciento en los últimos diez años. Estas cifras reflejan una diversificación de las actividades criminales que agrava la crisis.
El costo de la violencia en 2024 fue seis veces mayor que el gasto público en salud y cinco veces superior al presupuesto destinado a educación. Esto pone en evidencia las prioridades del gobierno, que parecen insuficientes para enfrentar una problemática que afecta a millones de mexicanos.
Carlos Juárez Cruz, director en México del Instituto para la Economía y la Paz, calificó la mejora en los niveles de paz como “marginal”. Criticó la falta de claridad en la estrategia de seguridad del sexenio anterior y señaló que el nuevo esquema propuesto por el gobierno actual podría ser prometedor, aunque aún está por verse.
El informe recomienda fortalecer las instituciones de justicia, combatir la corrupción y generar oportunidades económicas para los jóvenes como medidas urgentes para construir una paz sostenible. Sin estas acciones, México seguirá atrapado en una espiral de inseguridad.
La violencia no solo se mide en números, sino en el miedo y la incertidumbre que enfrentan las familias mexicanas a diario. Mientras el gobierno no actúe con decisión, el país continuará pagando un costo económico y humano insostenible.
Este panorama exige una reflexión profunda sobre el rumbo de México. La inseguridad no es solo un problema de estadísticas, sino una herida abierta que afecta a toda la sociedad y que requiere soluciones inmediatas y efectivas.

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La violencia en México sigue cobrando un precio exorbitante: en 2024, el impacto económico alcanzó los 4.5 billones de pesos, equivalente al 18 por ciento del PIB. Así lo revela el Índice de Paz México 2024, del Instituto para la Economía y la Paz, que expone cómo la inseguridad continúa lastrando el desarrollo del país.
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