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Violencia sin freno en Veracruz: dos candidatos de Morena asesinados en 14 días de campaña

En apenas 14 días de campañas electorales en Veracruz, la violencia ha cobrado la vida de dos candidatos de Morena, evidenciando una crisis de inseguridad que parece desbordar a las autoridades. Los asesinatos de Germán Anuar Valencia Delgado y Yesenia Lara Gutiérrez, ambos aspirantes a alcaldías, han sacudido el proceso electoral y generado indignación entre la población.
El primer caso ocurrió el 29 de abril, apenas cuatro horas después de iniciadas las campañas. Germán Anuar Valencia, candidato a la presidencia municipal de Coxquihui, fue acribillado por un comando armado que irrumpió en su casa de campaña. En el ataque, seis personas más resultaron heridas, incluyendo una menor de 10 meses. A pesar de ser trasladado a un hospital, Valencia falleció poco después.
Ocho días después, el 6 de mayo, la violencia golpeó de nuevo en el municipio de Oluta. Manuel Bárbaro Hernández Canuto, candidato de Morena a la alcaldía, fue asesinado a balazos mientras viajaba en una camioneta acompañado de un menor de edad. Este segundo magnicidio encendió las alertas sobre la vulnerabilidad de los aspirantes en la entidad.
El tercer asesinato ocurrió en Texistepec, donde Yesenia Lara Gutiérrez, candidata morenista a la alcaldía, fue ejecutada durante un evento de campaña. El ataque, perpetrado por la espalda, dejó además cuatro personas muertas y tres heridas. Este hecho, ocurrido apenas 15 horas antes de que la gobernadora Rocío Nahle reconociera la existencia de violencia política en Veracruz, ha intensificado las críticas hacia su administración.
La gobernadora Nahle, emanada de Morena, enfrenta un creciente rechazo por la falta de una estrategia efectiva contra la inseguridad. Candidatos, dirigentes partidistas y legisladores han señalado que las medidas implementadas no han logrado contener la ola de violencia que azota al estado. Incluso se ha exigido la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Alfonso Reyes Garcés, a cinco meses de su nombramiento.
Veracruz, uno de los estados más convulsos del país, vive un proceso electoral marcado por el miedo. Los asesinatos de candidatos no son casos aislados: desde el arranque del proceso electoral en noviembre de 2024, la entidad ha registrado múltiples agresiones y amenazas contra aspirantes, principalmente de Movimiento Ciudadano y el PAN, según el secretario general de Gobierno, Ricardo Ahued.
La respuesta del gobierno estatal ha sido insuficiente para garantizar la seguridad de los candidatos. Aunque se han recibido solicitudes de protección por parte de al menos 20 aspirantes a presidencias municipales, las autoridades no han logrado frenar los ataques. La coordinación con instancias de seguridad sigue siendo un punto débil en la estrategia oficial.
La violencia política en Veracruz no solo pone en riesgo la vida de los candidatos, sino también la integridad del proceso electoral. Los partidos Movimiento Ciudadano y del Trabajo han suspendido actividades de campaña en Tlapacoyan tras una balacera que dejó cinco policías heridos y un presunto delincuente muerto, lo que refleja el clima de tensión que se vive en la región.
Mientras tanto, la indignación crece entre los ciudadanos, quienes ven con impotencia cómo la inseguridad se apodera de las campañas. La falta de resultados concretos por parte de las autoridades estatales alimenta el descontento y pone en entredicho la capacidad de Morena para gobernar un estado asediado por la violencia.
A menos de un mes de las elecciones del 1 de junio, Veracruz enfrenta un panorama sombrío. Los asesinatos de candidatos y las agresiones constantes son un recordatorio de los desafíos que persisten en materia de seguridad, dejando a la población con más preguntas que respuestas sobre el futuro de la entidad.

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