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Ganaderos Exigen Cerrar la Frontera Sur por la Amenaza del Gusano Barrenador

La Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) ha levantado la voz para exigir al gobierno federal medidas drásticas ante la crisis del gusano barrenador, una plaga que amenaza la industria ganadera mexicana. En una reunión virtual con el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, los productores presentaron un plan urgente de ocho puntos para contener el brote, que ya ha causado estragos en el comercio con Estados Unidos.
El principal reclamo de los ganaderos es el cierre inmediato de la frontera sur al trasiego de ganado, especialmente el proveniente de Centroamérica, que consideran el origen de esta emergencia sanitaria. Según la CNOG, el ingreso ilegal de animales sin controles sanitarios está poniendo en riesgo el estatus sanitario de México, logrado tras décadas de esfuerzo. La falta de vigilancia en la frontera es un punto crítico que, aseguran, el gobierno no ha atendido con la seriedad necesaria.
El gusano barrenador, una larva de la mosca Cochliomyia hominivorax, ataca el tejido vivo de mamíferos, causando heridas graves en el ganado. Los brotes detectados en estados como Oaxaca, Veracruz y Chiapas han encendido las alarmas, ya que México había mantenido su estatus libre de esta plaga desde 1991. La situación es tan grave que Estados Unidos decidió suspender temporalmente las exportaciones de ganado mexicano, una medida que golpea directamente a los productores.
El cierre de la frontera norte por parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) representa pérdidas diarias estimadas en 11.4 millones de dólares, según el Consejo Nacional Agropecuario. Estados como Chihuahua y Sonora, que exportan miles de cabezas de ganado diariamente, son los más afectados. Los ganaderos advierten que esta restricción, inicialmente de 15 días, podría extenderse si no se toman acciones inmediatas.
Entre las propuestas de la CNOG destaca la instalación de una planta productora de moscas estériles en Metapa, Chiapas, una estrategia probada para interrumpir el ciclo reproductivo del gusano barrenador. Sin embargo, los ganaderos señalan que el presupuesto actual para combatir la plaga es insuficiente y exigen un aumento significativo de recursos. La falta de apoyo económico es, para muchos, una muestra de la indiferencia del gobierno federal ante la crisis.
Otro punto clave es el refuerzo de las inspecciones por parte del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica). Los ganaderos piden revisiones exhaustivas en los centros de engorda y sitios de embarque para garantizar que el ganado cumpla con los estándares sanitarios. Además, solicitan mayor capacitación para los productores en la detección y tratamiento de heridas, una medida preventiva esencial para evitar nuevas infestaciones.
La CNOG también propuso la participación de ganaderos mexicanos y estadounidenses en un comité binacional recién formado entre Senasica y el USDA. Esta colaboración buscaría aprovechar la experiencia del sector privado para diseñar estrategias más efectivas. Sin embargo, los productores insisten en que el problema no se resolverá si no se ataca de raíz el contrabando de ganado en la frontera sur.
La reunión con Berdegué dejó claro el descontento del sector ganadero, que siente que el gobierno no ha actuado con la rapidez necesaria. Aunque el secretario reconoció el compromiso de la CNOG, los productores exigen resultados concretos. La regionalización de la frontera norte, que limita el traslado de ganado a estados exportadores como Tamaulipas y Coahuila, es vista como una medida insuficiente si no se controla el ingreso de animales infectados desde Centroamérica.
El presidente de la CNOG, Homero García de la Llata, fue contundente al señalar que el cierre parcial de la frontera norte no basta. Mientras el gobierno no refuerce la presencia de la Secretaría de Seguridad Pública Federal en la frontera sur, los focos de infección seguirán multiplicándose. La industria ganadera, pilar económico de muchas regiones, está en jaque, y los productores no están dispuestos a esperar más.
Esta crisis pone en evidencia los retos sanitarios y económicos que enfrenta México en su relación comercial con Estados Unidos. La presión de los ganaderos para que el gobierno actúe de inmediato refleja la urgencia de proteger un sector clave para la economía nacional. La pregunta ahora es si las autoridades responderán con la celeridad que la situación demanda.

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