Un ataque armado en un bar de la alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, dejó un saldo de dos venezolanos muertos y un panorama de terror en la colonia Santa María la Ribera. El incidente, ocurrido la noche del domingo, ha encendido las alarmas sobre la creciente presencia de grupos criminales en la capital.
Según las autoridades, los agresores, que huyeron en una motocicleta, estarían vinculados al grupo autodenominado Anti-Tren de Aragua, una facción que se opone al temido Tren de Aragua, una organización criminal venezolana. Las víctimas, presuntamente ligadas a la Unión Tepito, fueron atacadas en un aparente ajuste de cuentas.
El Ministerio Público ya inició una carpeta de investigación por homicidio y lesiones dolosas. Una de las principales líneas de investigación apunta a la rivalidad entre el Tren de Aragua y el Anti-Tren, dos grupos que se disputan el control de actividades ilícitas en la ciudad, como la trata de personas y el narcomenudeo.
La violencia en la capital no da tregua. Este enfrentamiento se suma a una serie de incidentes que han expuesto la incapacidad de las autoridades para frenar la expansión de organizaciones criminales extranjeras. El Tren de Aragua, originario de Venezuela, ha encontrado en México un terreno fértil para sus operaciones.
Testigos relataron momentos de pánico en el bar, donde los disparos interrumpieron la noche y dejaron a los presentes en estado de shock. Las autoridades han intensificado la revisión de cámaras de seguridad y la recolección de testimonios para dar con los responsables, pero los avances son escasos.
La presencia del Tren de Aragua en la Ciudad de México no es nueva. Reportes previos han señalado su operación en al menos diez colonias, incluyendo San Rafael, Tlalpan y Gustavo A. Madero. Su rivalidad con grupos locales, como la Unión Tepito, ha desatado una ola de violencia que parece no tener fin.
El surgimiento del Anti-Tren de Aragua, según fuentes policiales, responde a disidentes que buscan desafiar el poder de la organización venezolana. Este nuevo grupo, aliado con la Anti-Unión, ha escalado el conflicto, poniendo en riesgo la seguridad de los capitalinos.
La ciudadanía exige respuestas. La falta de una estrategia clara por parte del gobierno de la Ciudad de México para combatir estas redes criminales ha generado críticas y un creciente sentimiento de inseguridad entre los habitantes.
Mientras tanto, las investigaciones continúan. La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha prometido resultados, pero la complejidad de las redes criminales involucradas plantea un desafío monumental. La capital, alguna vez considerada un oasis de seguridad, enfrenta ahora una realidad alarmante.
Este episodio en Santa María la Ribera es un recordatorio de que la violencia no respeta fronteras ni espacios. La pregunta que queda en el aire es cuánto tiempo más tendrá que pasar para que las autoridades recuperen el control de las calles.

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Violencia descontrolada en la CDMX: Tren de Aragua y Anti-Tren se enfrentan a balazos en un bar
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