La tranquilidad de Capulhuac, Estado de México, se ha roto tras la llegada de la alcaldesa suplente, quien asumió el cargo en medio de una tormenta política. La destitución de la presidenta municipal original, Selenne Hernández, dejó un vacío de poder que ha desatado críticas y señalamientos. Hernández, del Partido del Trabajo, enfrenta graves acusaciones por agresión física y verbal contra una trabajadora del DIF municipal, lo que desencadenó su separación temporal del cargo.
La suplente, cuya identidad aún genera debates, ha sido señalada por su incapacidad para estabilizar el ayuntamiento. Vecinos y regidores han expresado su frustración ante la falta de liderazgo y la persistencia de conflictos internos. La toma de decisiones ha sido cuestionada, y la ciudadanía exige claridad en un municipio que parece hundirse en la ingobernabilidad.
El escándalo comenzó el 2 de mayo, cuando Miriam, psicóloga del DIF, denunció públicamente a Hernández por agresiones físicas, verbales y sexuales. En un video que se viralizó en redes, la víctima mostró lesiones visibles y expresó temor por su seguridad y la de su familia. La gravedad de las acusaciones movilizó a la población, que bloqueó carreteras y tomó el palacio municipal en protesta.
El Cabildo, en un intento por responder a la presión social, aprobó por unanimidad solicitar la destitución de Hernández al Congreso del Estado de México. Sin embargo, el proceso ha sido lento, y la suplente no ha logrado calmar las aguas. La falta de un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades estatales, incluida la gobernadora Delfina Gómez, ha avivado las críticas contra el gobierno de Morena.
Los partidos que respaldaron a Hernández, Morena y el PT, se han deslindado de ella. El PT condenó enérgicamente los hechos, asegurando que la conducta de la exalcaldesa no refleja los valores del partido. Morena, por su parte, pidió que las autoridades legales esclarezcan el caso, pero su silencio inicial fue interpretado como tibieza frente a un caso de violencia.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México ya investiga la denuncia de Miriam, quien cuenta con medidas de protección. Sin embargo, la falta de avances concretos ha generado desconfianza. Los habitantes de Capulhuac, hartos de la inestabilidad, han recolectado firmas para exigir la remoción definitiva de Hernández y una solución al caos administrativo.
El Congreso estatal, hasta ahora, no ha recibido una solicitud formal para destituir a la exalcaldesa, lo que retrasa cualquier resolución. Según la Ley Orgánica Municipal, la gobernadora podría solicitar la revocación de mandato, pero su inacción ha sido un punto de crítica. Si la situación empeora, el ayuntamiento podría ser disuelto y reemplazado por un Concejo Ciudadano.
La crisis en Capulhuac no es un caso aislado. Desde el inicio de la administración de Hernández, las tensiones con el Cabildo fueron evidentes. Propuestas de gastos injustificados y actitudes prepotentes ya habían generado roces, pero el reciente escándalo ha llevado la situación a un punto de no retorno.
La ciudadanía, mientras tanto, sigue en las calles. Las protestas no cesan, y la exigencia de justicia para Miriam se ha convertido en un símbolo de resistencia contra el abuso de poder. La suplente, atrapada en un torbellino de críticas, enfrenta el reto de restaurar la confianza en un municipio al borde del colapso.
El futuro de Capulhuac permanece incierto. La falta de liderazgo claro y las heridas abiertas por el escándalo dificultan cualquier intento de reconciliación. Los ojos están puestos en las autoridades estatales, cuya respuesta definirá si este municipio recupera la estabilidad o se hunde aún más en el caos.

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Caos en Capulhuac: Alcaldesa Suplente Bajo Fuego por Crisis Municipal
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