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Microsismos en Naucalpan: ¿Quiénes Están en Riesgo Según Expertos?

La noche del 25 de marzo de 2025, Naucalpan, Estado de México, fue sacudida por tres microsismos que sorprendieron a sus habitantes. Los movimientos, con magnitudes de 2.3 y 2.4, tuvieron su epicentro en este municipio, según el Servicio Sismológico Nacional. Aunque no se reportaron daños graves, la frecuencia de estos eventos ha encendido las alarmas entre los vecinos y autoridades.
Expertos de la UNAM y el IPN han analizado la actividad sísmica en la región y advierten que Naucalpan enfrenta riesgos debido a su ubicación sobre un sistema de fallas geológicas en la Sierra de las Cruces. Luis Quintanar, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó que estas fallas, activas desde hace décadas, generan movimientos de baja magnitud, pero su cercanía a zonas urbanas los hace más perceptibles.
La fosa de Barrientos, una estructura geológica en la zona, es señalada como una de las principales responsables de los microsismos. Según Alejandro S. Méndez, geólogo del IPN, esta fosa podría estar generando tensiones que afectan a Naucalpan, similar a lo observado en la falla Plateros-Mixcoac en la Ciudad de México. Los expertos subrayan que estos eventos no están relacionados con volcanes ni con el Metro, como se ha especulado.
Un punto de preocupación es la falta de activación de la alerta sísmica durante estos microsismos. El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano indica que los temblores de baja magnitud y corta duración no cumplen con los criterios para activar las alarmas, lo que deja a la población sin aviso previo. Esto ha generado inquietud entre los habitantes, quienes reportaron vibraciones en colonias como Echegaray y Bosque de los Remedios.
Los especialistas advierten que las construcciones en Naucalpan podrían estar en riesgo, especialmente aquellas que no cumplen con los reglamentos de construcción. Raúl Valenzuela, de la UNAM, destacó que las edificaciones en zonas de alta actividad sísmica deben ser diseñadas para resistir estos movimientos, aunque sean de baja intensidad. La calidad del suelo, combinada con la actividad tectónica, aumenta la vulnerabilidad de ciertas áreas.
Desde febrero de 2024, se han registrado al menos 17 microsismos en Naucalpan, siendo el más fuerte de magnitud 2.6 el 3 de septiembre de 2024. Estos eventos forman parte de un enjambre sísmico, un fenómeno donde varios temblores de similar intensidad ocurren en un corto periodo. Los expertos descartan que estos microsismos sean precursores de un sismo mayor, pero piden no bajar la guardia.
La población de Naucalpan vive con incertidumbre ante la recurrencia de estos temblores. Aunque los daños han sido mínimos, la percepción de riesgo ha crecido, especialmente en zonas densamente pobladas. Los habitantes exigen mayor información y medidas preventivas por parte de las autoridades locales, que hasta ahora no han emitido comunicados claros sobre la situación.
Los expertos coinciden en que es crucial fortalecer la cultura de prevención sísmica. Revisar la infraestructura, actualizar los reglamentos de construcción y educar a la población son pasos clave para reducir riesgos. Mientras Naucalpan sigue temblando, la ciencia busca respuestas para entender y mitigar este fenómeno que mantiene en vilo a sus habitantes.

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