En un movimiento que podría cambiar el rumbo de la economía mundial, Estados Unidos y China han llegado a un acuerdo para reducir mutuamente sus aranceles comerciales en los próximos 90 días. Este pacto, anunciado tras intensas negociaciones en Ginebra, busca aliviar las tensiones de una guerra comercial que ha sacudido los mercados globales.
Las tarifas de Estados Unidos sobre productos chinos pasarán de un elevado 145% a un 30%, mientras que China reducirá sus gravámenes del 125% al 10%. Este ajuste representa un paso significativo hacia la desescalada de un conflicto que ha afectado a consumidores, empresas y cadenas de suministro en todo el mundo.
El acuerdo incluye el compromiso de ambos países de establecer un mecanismo de seguimiento para mantener el diálogo económico y comercial. Este esfuerzo conjunto refleja el reconocimiento de la importancia de las relaciones bilaterales para la estabilidad económica global.
La guerra comercial, intensificada por políticas proteccionistas, había generado incertidumbre en los mercados, con caídas en las bolsas y revisiones a la baja en las previsiones de crecimiento. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional recortó sus expectativas de crecimiento global para 2025, destacando los impactos negativos de los aranceles.
Empresas en ambos países han sentido el peso de los gravámenes. En Estados Unidos, gigantes como General Motors y Ford reportaron pérdidas millonarias, mientras que en China, las exportaciones se vieron afectadas por los altos costos comerciales. La reducción de aranceles podría aliviar estas presiones.
El pacto también responde a la presión de los consumidores y las industrias, que han enfrentado precios más altos y cadenas de suministro interrumpidas. Sectores como la tecnología, la automotriz y el comercio minorista podrían beneficiarse de esta nueva etapa de cooperación.
Sin embargo, el acuerdo no elimina todas las tensiones. Ambos países mantienen ciertas restricciones comerciales, y el éxito del pacto dependerá de la implementación efectiva en los próximos meses. Los analistas advierten que cualquier paso en falso podría reavivar el conflicto.
Este avance llega en un momento crítico, con la economía global enfrentando desafíos como la inflación y el enfriamiento del consumo. La reducción de aranceles podría ser un impulso para la recuperación, aunque los expertos instan a mantener la cautela.
Las negociaciones en Ginebra, descritas como de alto nivel, muestran la voluntad de ambos gigantes económicos de buscar soluciones. El consenso alcanzado es un rayo de esperanza en medio de un panorama económico complicado.
El mundo observa de cerca cómo se desarrollará este acuerdo en los próximos 90 días, un período que podría definir el futuro del comercio internacional y la estabilidad económica global.

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Gran avance en la economía global: Estados Unidos y China acuerdan reducir aranceles en los próximos 90 días
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