En el Centro de Reinserción Social Femenil número 1 de Chihuahua, 200 mujeres privadas de su libertad vivieron un Día de las Madres inolvidable. Sus hijos e hijas fueron los protagonistas de una celebración cargada de amor, música y reencuentros que llenaron de esperanza a estas mujeres.
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado organizó el evento, que contó con la participación de custodios y directivos del centro. La convivencia incluyó comida, bailes y dinámicas grupales que buscaron fortalecer los lazos familiares y el bienestar emocional de las internas.
Josefina Silveyra, directora del Cereso 1, destacó la importancia de mantener los vínculos familiares para la rehabilitación. Según ella, estos momentos no solo alegran a las madres, sino que las motivan a transformar sus vidas y seguir adelante a pesar de las circunstancias.
Durante la celebración, las internas recibieron paquetes de higiene personal como un gesto de apoyo. Las actividades estuvieron diseñadas para fomentar la unidad y ofrecer un espacio de alegría en un entorno que suele ser desafiante.
El evento forma parte del programa de reinserción social positiva que impulsa la Secretaría de Seguridad Pública. Este programa busca proporcionar herramientas para que las personas privadas de la libertad puedan reconstruir sus vidas de manera productiva una vez que cumplan su condena.
Para muchas de estas mujeres, el Día de las Madres es un recordatorio de su rol como madres, incluso en condiciones difíciles. La presencia de sus hijos les dio un motivo para renovar su compromiso con un futuro mejor.
La convivencia también permitió a los hijos compartir momentos significativos con sus madres. Las risas, los abrazos y los bailes llenaron el lugar de una energía positiva que contrastó con la rutina diaria del centro penitenciario.
Iniciativas como esta muestran que la reinserción social no solo se trata de cumplir una condena, sino de ofrecer oportunidades para sanar y crecer. La Secretaría de Seguridad Pública reafirmó su compromiso con este tipo de programas que priorizan el bienestar emocional.
El Día de las Madres en el Cereso 1 dejó claro que el amor familiar puede ser un motor de cambio. Para estas 200 mujeres, la visita de sus hijos fue mucho más que una celebración: fue un recordatorio de que aún hay esperanza.