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Más de 200 niños han muerto en Estados Unidos por la peor temporada de gripe en 15 años

La temporada de gripe en Estados Unidos ha alcanzado niveles alarmantes, con un impacto devastador en los más vulnerables. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), más de 200 niños han perdido la vida a causa de la influenza durante esta temporada, marcando la cifra más alta en al menos 15 años.
Los datos son estremecedores: se estiman al menos 24 millones de casos de gripe, 310,000 hospitalizaciones y 13,000 muertes en total. Aunque el pico de la temporada suele ocurrir en febrero, este año la intensidad no da tregua, especialmente en estados del sur, suroeste y oeste del país, donde 43 estados reportaron actividad gripal alta o muy alta la semana pasada.
La influenza ha golpeado con fuerza a los niños, con 57 fallecimientos confirmados entre menores de edad. Las autoridades de salud han señalado que la disminución en las tasas de vacunación infantil es un factor preocupante. Solo el 45% de los niños se vacunaron contra la gripe este invierno, una caída frente al 50% habitual de años anteriores.
Mientras tanto, la vacunación en adultos se mantuvo estancada en un 44%, igual que el invierno pasado. Los expertos insisten en que la vacuna anual es crucial para prevenir casos graves, especialmente en personas mayores de seis meses. Sin embargo, la falta de campañas efectivas y el escepticismo hacia las vacunas podrían estar contribuyendo a estas cifras alarmantes.
El gobierno de Estados Unidos enfrenta críticas por su manejo de la crisis. La administración del presidente Donald Trump impuso una pausa temporal en las comunicaciones de las agencias de salud, limitando el acceso a expertos en gripe. Esta decisión ha generado controversia, ya que en el pasado las entrevistas con especialistas eran rutinarias.
Dos cepas principales, Tipo A H1N1 y Tipo A H3N2, están detrás de la mayoría de los casos. Además, los CDC monitorean de cerca una tercera cepa, la influenza aviar H5N1, que ha afectado a millones de animales, aunque solo se han registrado 67 casos en humanos. La vigilancia se intensifica para evitar un brote mayor.
El impacto de la gripe ha llevado al cierre de escuelas en varios estados, afectando la educación y generando preocupación entre los padres. Las autoridades locales han intensificado las medidas, pero la falta de recursos y coordinación federal complica la respuesta ante esta emergencia sanitaria.
La situación pone en evidencia los desafíos del sistema de salud estadounidense. Mientras los hospitales se saturan, las familias enfrentan el temor de una enfermedad que este año ha mostrado su rostro más letal, dejando un saldo trágico que no parece detenerse.

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