En un día que debería ser de celebración, miles de madres buscadoras transformaron el 10 de mayo en un grito de dolor y resistencia. En la Ciudad de México y diversos estados, colectivos de familiares de personas desaparecidas marcharon para exigir justicia y visibilizar la crisis de desapariciones que azota al país. Las calles se llenaron de pancartas, fotos y consignas como “¿Dónde están, dónde están, nuestros hijos dónde están?”, reflejando la angustia de quienes no descansan en su búsqueda.
La XIII Marcha de la Dignidad Nacional, realizada en la capital, partió del Monumento a la Madre rumbo al Zócalo. Decenas de colectivos de 24 estados, junto con familias de Honduras, Guatemala, El Salvador y Estados Unidos, se unieron en una sola voz. Las madres no buscan regalos ni festejos, sino respuestas concretas del gobierno federal ante la inacción frente a más de 127 mil personas desaparecidas, según registros oficiales.
En Zacatecas, las manifestaciones incluyeron una velada el 9 de mayo y una marcha en la Plaza de Armas. Las madres colocaron flores, velas y fotos de sus seres queridos, exigiendo a las autoridades acelerar las búsquedas. En Colima, la marcha culminó con una misa en la Catedral, mientras que en Oaxaca y Veracruz los colectivos recorrieron las calles con imágenes de sus familiares, recordando que este día no es de celebración, sino de lucha.
La inseguridad que enfrentan las buscadoras es otro foco de indignación. Desde 2010, al menos 24 madres han sido asesinadas y cuatro desaparecidas, según la organización Artículo 19. Los recientes asesinatos de Teresa González y María del Carmen Morales en Jalisco han avivado las demandas de protección para quienes arriesgan sus vidas en la búsqueda de verdad y justicia.
En Guerrero, las madres denunciaron que la militarización de la justicia ha obstaculizado su labor. Emma Mora Liberato, líder de la Asociación de Familias de Acapulco, señaló que las desapariciones no cesan y que las autoridades no cumplen con identificar cuerpos en instalaciones forenses. En Quintana Roo, mujeres pintaron rostros de sus hijos en la Fiscalía, denunciando que muchas veces los cuerpos ya estaban en panteones forenses sin notificarles.
El gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, ha prometido fortalecer el marco normativo y abrir diálogo con los colectivos. Sin embargo, las madres buscadoras desconfían de estas promesas, pues las mesas de trabajo no han traducido en acciones efectivas. La falta de recursos en fiscalías, laboratorios forenses vacíos y la existencia de fosas clandestinas siguen siendo una realidad que perpetúa el dolor de las familias.
Organismos internacionales, como la ONU-DH, han reconocido la valentía de estas mujeres que enfrentan barreras institucionales y violencia. Han tejido redes, propuesto políticas públicas y preservado la memoria de sus seres queridos, convirtiéndose en un símbolo de resistencia. La sociedad, señalan, debe solidarizarse con su causa y exigir un país sin desapariciones.
En Puebla, una misa en la Catedral dio inicio a las protestas, seguida de una marcha al zócalo. En Sinaloa, las buscadoras se concentraron en iglesias y plazas, mientras que en Nuevo León recorrieron las calles al grito de “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Cada paso de estas mujeres es un recordatorio de que su lucha no cesará hasta encontrar a sus hijos.
El 10 de mayo, lejos de ser un día de festejo, se ha resignificado como un día de resistencia. Las madres buscadoras no solo enfrentan la indiferencia de las autoridades, sino también el riesgo constante de ser silenciadas. Su mensaje es claro: no descansarán hasta que la verdad y la justicia prevalezcan en un México donde la desaparición forzada sigue siendo una herida abierta.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Madres buscadoras claman justicia: el 10 de mayo se tiñe de lucha en México
Compartir: