La presidenta Claudia Sheinbaum aprovechó el Día de las Madres para enviar un mensaje que muchos consideran vacío y oportunista. Desde Palacio Nacional, la mandataria felicitó a las mamás mexicanas, asegurando que “hay que cuidarlas” y que “es tiempo de mujeres”. Pero, ¿es esto más que un discurso calculado para ganar simpatías?
En un video difundido en redes sociales, Sheinbaum insistió en que las familias deben valorar a las madres no solo el 10 de mayo, sino los 365 días del año. Habló de la importancia de compartir las tareas del hogar, afirmando que no son exclusivas de las mujeres. Sin embargo, críticos señalan que estas palabras contrastan con las políticas de su gobierno, que no han priorizado apoyos concretos para las madres trabajadoras.
La presidenta destacó que lo material no es lo importante, sino el cariño y la protección hacia las mujeres. Agradeció personalmente a su madre, Annie Pardo, por inculcarle valores, en un intento de conectar emocionalmente con la audiencia. Pero este gesto personal no logra ocultar las carencias de su administración en temas clave como la seguridad y el empleo, que afectan directamente a millones de madres.
Sheinbaum también aprovechó para reforzar su narrativa de género, repitiendo que “es tiempo de mujeres” y que estas tienen derechos para ser lo que deseen. Aunque el mensaje suena inspirador, muchos cuestionan la falta de acciones tangibles para combatir la violencia de género o mejorar las condiciones laborales de las mujeres en México.
El mensaje de la presidenta llega en un contexto complicado. Mientras pide cuidar a las mamás, su gobierno enfrenta críticas por recortes a programas sociales que apoyaban a mujeres y familias vulnerables. La desaparición de estancias infantiles y la falta de recursos para refugios de mujeres violentadas son solo algunos ejemplos que opacan su discurso.
En su intervención, Sheinbaum canceló un evento programado en Cuautla, Morelos, donde se esperaba que hablara sobre políticas de bienestar para mujeres. La suspensión del acto, sin explicación clara, generó especulaciones sobre si la mandataria buscaba evitar preguntas incómodas en un día tan simbólico.
La presidenta también mencionó que celebraría el Día de las Madres en familia, invitando a su madre a comer en Palacio Nacional. Este detalle, aunque humano, no logra desviar la atención de las promesas incumplidas de su administración, especialmente en temas que afectan directamente a las madres mexicanas.
Mientras Sheinbaum pide a las familias que cuiden a las mamás, la realidad es que muchas mujeres en México enfrentan condiciones precarias, inseguridad y falta de oportunidades. Su mensaje, aunque bien intencionado en la superficie, no parece respaldado por un compromiso real para transformar la vida de las madres en el país.