Un trágico enfrentamiento en la selva amazónica de Ecuador dejó un saldo devastador: once militares del Ejército ecuatoriano murieron tras ser emboscados por un grupo armado ilegal. El incidente ocurrió en la provincia de Orellana, una zona fronteriza con Colombia marcada por la creciente actividad delictiva.
El ataque tuvo lugar en el sector de Alto Punino, donde los militares realizaban un operativo contra la minería ilegal de oro. Según las autoridades, los responsables serían los Comandos de la Frontera, una facción disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que opera en la región.
Los soldados, pertenecientes a la Brigada de Selva 19 Napo, fueron sorprendidos durante una operación reservada. Además de las víctimas fatales, un militar resultó herido, y se reportó la muerte de un integrante del grupo armado. Las Fuerzas Armadas de Ecuador calificaron el hecho como un acto de violencia premeditado.
La zona de Alto Punino, ubicada en la cuenca alta del río Punino, se ha convertido en un punto crítico debido al auge de la minería ilegal. Esta actividad, vinculada a grupos criminales transnacionales, genera millonarios ingresos y alimenta el conflicto en la frontera entre Ecuador y Colombia.
Las autoridades ecuatorianas han señalado que los Comandos de la Frontera están involucrados en actividades como el narcotráfico y la extorsión, además de la explotación ilegal de recursos. Estos grupos aprovechan la porosidad de la frontera para operar con impunidad, desafiando a las fuerzas de seguridad.
El gobierno de Ecuador expresó su profundo pesar por la pérdida de los militares y aseguró que no descansará hasta llevar a los responsables ante la justicia. Las Fuerzas Armadas reforzaron su presencia en la zona, con el objetivo de desmantelar las redes criminales que operan en Orellana.
Este incidente pone en evidencia los desafíos que enfrenta Ecuador en su lucha contra el crimen organizado. La cooperación con Colombia se ha intensificado, pero la complejidad del terreno y la sofisticación de los grupos armados dificultan los esfuerzos por restablecer el orden.
La muerte de los once militares ha generado conmoción en Ecuador y ha reavivado el debate sobre la seguridad en las zonas fronterizas. Mientras tanto, las familias de las víctimas y la sociedad ecuatoriana esperan respuestas y acciones contundentes para frenar la escalada de violencia.

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Once militares ecuatorianos pierden la vida en emboscada de disidentes de las FARC
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