En un golpe contra la delincuencia, autoridades federales y estatales desplegaron la Operación Fortaleza en el Estado de México y la Ciudad de México, con cateos simultáneos en 80 deshuesaderos clandestinos. El operativo, coordinado entre la Fiscalía del Estado de México, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX y fuerzas federales, buscó desmantelar redes dedicadas al robo de vehículos y la venta ilegal de autopartes.
Los cateos se realizaron en 17 municipios del Estado de México, incluyendo Ecatepec, Toluca y Tecámac, así como en las alcaldías Cuauhtémoc e Iztapalapa de la Ciudad de México. En total, se intervinieron 47 puntos estratégicos, donde se encontraron vehículos robados, autos con números de serie alterados y toneladas de autopartes de dudosa procedencia.
La operación dejó un saldo de varias detenciones, aunque las autoridades no han precisado el número exacto de personas arrestadas. Entre lo asegurado se encuentran computadoras automotrices, motores, rines, suspensiones y otras piezas, muchas con reporte de robo. Este hallazgo pone en evidencia la magnitud del mercado negro de autopartes en la región.
La Secretaría de Seguridad del Estado de México señaló que los deshuesaderos clandestinos son un problema que alimenta la inseguridad, ya que muchas de estas piezas terminan en manos de grupos delictivos. La colaboración con la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Marina fue clave para el éxito del operativo.
En la Ciudad de México, las autoridades capitalinas destacaron que los cateos en Iztapalapa y Cuauhtémoc permitieron identificar puntos clave de almacenamiento y distribución de autopartes robadas. Estos lugares operaban con total impunidad, aprovechando la alta demanda de piezas baratas en el mercado informal.
El impacto de la Operación Fortaleza no solo se mide en detenciones y decomisos, sino en el mensaje que envía a las redes delictivas. Sin embargo, la persistencia de estos negocios ilegales pone en duda la efectividad de las estrategias de seguridad a largo plazo, especialmente en zonas donde el crimen opera con tanta libertad.
La ciudadanía ha expresado su preocupación por el aumento de robos de vehículos, un delito que afecta a miles de familias cada año. La operación busca devolver algo de tranquilidad, pero también deja claro que el problema está lejos de resolverse. Los vehículos robados y desmantelados son solo una parte de una cadena delictiva más amplia.
Las autoridades han prometido continuar con este tipo de operativos para desarticular por completo las redes de robo y venta de autopartes. Mientras tanto, la Operación Fortaleza se perfila como un paso importante, pero insuficiente, en la lucha contra la inseguridad que azota al Estado de México y la Ciudad de México.

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Operación Fortaleza sacude Edomex y CDMX: cateos en deshuesaderos revelan red de autos robados
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