En un movimiento que ha desatado polémica, el Congreso de Chihuahua aprobó una iniciativa para prohibir los narcocorridos y cualquier expresión musical que promueva la violencia, especialmente contra las mujeres, en eventos públicos a nivel estatal. La propuesta, impulsada por la diputada Ivón Salazar Morales del PRI, busca frenar la glorificación del crimen organizado y las letras que fomenten agresiones de género.
La reforma modifica la Ley Estatal de Cultura y establece que no se podrán interpretar ni difundir canciones que hagan apología del delito o que contengan mensajes violentos contra las mujeres en espectáculos públicos. Esto incluye ferias, conciertos y cualquier evento abierto al público. La medida también prohíbe la difusión de estos contenidos en plataformas digitales dependientes del gobierno estatal.
Según la diputada Salazar, la iniciativa responde a la necesidad de proteger a las nuevas generaciones de la narcocultura, que ha permeado la sociedad a través de la música. Argumentó que los narcocorridos, al enaltecer a figuras del crimen organizado, normalizan la violencia y perpetúan un entorno inseguro, particularmente en un estado como Chihuahua, azotado por la delincuencia.
La propuesta también pone énfasis en las letras que denigran o incitan a la violencia contra las mujeres. Salazar destacó que estas canciones contribuyen a perpetuar estereotipos machistas y a normalizar actitudes que atentan contra la dignidad y seguridad de las mujeres, en un contexto donde los feminicidios y la violencia de género son problemas graves en el estado.
Quienes violen esta nueva regulación enfrentarán sanciones que van desde multas hasta la suspensión de eventos. Los organizadores de espectáculos públicos deberán garantizar que los artistas cumplan con estas restricciones, lo que ha generado críticas de algunos sectores que consideran la medida una forma de censura disfrazada.
Voces a favor de la iniciativa, como asociaciones civiles y colectivos feministas, aplauden la decisión. Argumentan que es un paso necesario para combatir la narcocultura y proteger los derechos de las mujeres. Sin embargo, otros advierten que la prohibición podría ser contraproducente, al limitar la libertad de expresión y empujar estas expresiones a la clandestinidad, donde podrían ganar aún más popularidad.
En el ámbito musical, la medida ha generado preocupación entre artistas y promotores. Algunos músicos de corridos tumbados y géneros afines temen que la ambigüedad de la ley pueda afectar sus presentaciones, incluso si sus letras no promueven explícitamente la violencia. La incertidumbre sobre cómo se aplicará la regulación mantiene en vilo a la industria del entretenimiento en Chihuahua.
La discusión no es nueva. Chihuahua ya había implementado restricciones similares en el pasado, como en 2015, cuando se impusieron multas por interpretar narcocorridos. Sin embargo, esta nueva reforma amplía el alcance al incluir expresiones violentas contra las mujeres y busca un impacto más profundo en la cultura estatal.
Mientras tanto, en redes sociales, la opinión está dividida. Hay quienes ven la prohibición como un avance hacia una sociedad menos violenta, pero otros la consideran un ataque a la libertad creativa y una medida que no ataca las raíces de la inseguridad. El debate apenas comienza, y Chihuahua se convierte en un laboratorio para esta controversial política cultural.
La iniciativa ya está en vigor, pero su éxito dependerá de cómo se implemente y de si logra cambiar las percepciones culturales sin coartar libertades. Por ahora, el estado se posiciona como un referente en la lucha contra la narcocultura y la violencia de género, aunque no sin críticas y desafíos por delante.

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Prohíben narcocorridos y canciones violentas contra mujeres en Chihuahua: ¿censura o medida necesaria?
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