La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, lanzó un ambicioso programa para atender la salud mental de los adolescentes en escuelas públicas. Bajo el nombre “Vida Plena, Corazón Contento”, la estrategia busca prevenir problemas como la ansiedad, la depresión y el suicidio entre los jóvenes. Sin embargo, las promesas de Morena en la capital han generado escepticismo, y muchos se preguntan si este plan será más que un discurso político.
El programa arrancó con actividades en secundarias de la capital, donde se realizarán diagnósticos para evaluar la salud emocional de los estudiantes. Brugada destacó que 200 profesionales de salud mental visitarán escuelas públicas de nivel medio superior cada 15 días. La meta es identificar a tiempo cualquier problema emocional y evitar tragedias, pero la falta de detalles sobre la implementación ya levanta dudas.
Uno de los puntos más llamativos es la creación del Instituto para la Atención a la Salud Mental y las Adicciones (IASAMA). Según Brugada, esta nueva instancia operará en toda la ciudad y coordinará esfuerzos para atender a los jóvenes. Sin embargo, no se ha aclarado cómo se financiará ni cuántos recursos se destinarán a este organismo, lo que pone en entredicho su viabilidad a largo plazo.
La jefa de Gobierno también anunció la construcción de 100 centros de cuidado emocional, llamados “Vida Plena, Corazón Contento”, que ofrecerán orientación psicológica gratuita. Además, se planea una clínica de emergencias para crisis emocionales, disponible las 24 horas. Estas promesas suenan atractivas, pero la experiencia con otros proyectos de Morena en la capital hace que muchos cuestionen si se quedarán en buenas intenciones.
El programa incluye una campaña de prevención del suicidio, un problema que Brugada calificó como una de las principales causas de muerte entre los jóvenes. La estrategia escolar busca crear espacios seguros en las escuelas y promover el bienestar emocional. Sin embargo, la falta de un plan claro para capacitar a los maestros y garantizar la continuidad del programa genera incertidumbre.
Otro aspecto destacado es la instalación de “Salas de Emociones” en las Utopías, los espacios culturales y recreativos impulsados por Brugada. Estos lugares ofrecerán herramientas para que los jóvenes gestionen sus emociones. Aunque la idea es innovadora, la infraestructura actual de las Utopías ya enfrenta críticas por su mantenimiento, lo que podría limitar el impacto de esta iniciativa.
La secretaria de Salud, Nadine Gasman, respaldó el programa y señaló que el 13.9% de los capitalinos enfrentaron trastornos mentales en el último año, según datos oficiales. Este dato subraya la urgencia de actuar, pero también pone presión sobre el gobierno para demostrar resultados concretos. Los antecedentes de Morena en promesas incumplidas no ayudan a generar confianza.
Brugada insistió en que su gobierno priorizará a los jóvenes y colocará la salud mental como un derecho universal. Sin embargo, los ciudadanos de la Ciudad de México están cansados de anuncios grandilocuentes que no se traducen en cambios reales. La implementación de este programa será clave para determinar si la jefa de Gobierno está comprometida o si solo busca ganar titulares.
Mientras el programa comienza a desplegarse, la población espera que no se convierta en otro proyecto olvidado. La salud mental de los adolescentes es un tema demasiado serio para quedar en promesas vacías. Por ahora, las intenciones de Brugada suenan bien, pero el verdadero desafío será pasar de las palabras a los hechos.
El futuro de “Vida Plena, Corazón Contento” dependerá de la capacidad del gobierno para ejecutar un plan sólido y sostenible. Los ojos de la capital están puestos en Brugada, y cualquier tropiezo será señal de que, una vez más, Morena promete más de lo que puede cumplir.

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Clara Brugada promete revolucionar la salud mental de los adolescentes, pero ¿cumplirá?
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