La Plaza de San Pedro estalló en júbilo este jueves cuando la chimenea de la Capilla Sixtina emitió la esperada fumata blanca, señal de que los 133 cardenales reunidos en el cónclave han elegido al nuevo líder de la Iglesia Católica. Miles de fieles y curiosos, congregados bajo un cielo despejado, celebraron con aplausos y cánticos el anuncio de un nuevo pontífice.
El cónclave, iniciado el 7 de mayo tras la muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril, mantuvo al mundo en vilo durante dos días. La fumata blanca, que apareció en la tarde del segundo día, marcó el fin de un proceso cargado de simbolismo y secreto, donde los cardenales buscaron al sucesor del fallecido pontífice argentino.
El proceso comenzó con una primera fumata negra el miércoles, seguida de otra el jueves por la mañana, lo que indicaba que no se había alcanzado el consenso necesario. Las votaciones, realizadas bajo estrictas normas de privacidad, requirieron que un candidato obtuviera al menos 89 votos, es decir, dos tercios de los cardenales electores.
La elección del nuevo Papa, el 267º en la historia de la Iglesia, llega en un momento crucial para los más de 1,400 millones de católicos en el mundo. El cónclave de 2025, descrito como el más internacional y joven hasta ahora, reflejó la diversidad de la Iglesia, con cardenales de todos los continentes deliberando en la Capilla Sixtina.
Tras la fumata blanca, las campanas de la Basílica de San Pedro repicaron, confirmando la noticia. Los fieles, algunos de los cuales llevaban horas esperando en la plaza, expresaron su emoción con cánticos y oraciones, mientras las cámaras de todo el mundo captaban el histórico momento.
El nuevo pontífice, cuyo nombre se anunciará pronto desde el balcón central de la Basílica, asumirá el liderazgo de una institución que enfrenta desafíos como la secularización, los debates internos sobre reformas y la necesidad de fortalecer la fe en un mundo cada vez más tecnológico.
El cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, será el encargado de pronunciar el tradicional “Habemus Papam” en latín, revelando el nombre del elegido y el que adoptará como Papa. Este anuncio, esperado en menos de una hora tras la fumata, marcará el inicio oficial del nuevo pontificado.
La elección ha generado gran expectación, con especulaciones sobre si el nuevo Papa seguirá el camino de apertura de Francisco o adoptará un enfoque más conservador. Entre los nombres que sonaban en las quinielas estaban el italiano Pietro Parolin, el filipino Pablo Virgilio David y los españoles Cristóbal López y Ángel Fernández Artime.
Roma, que ha acogido a miles de visitantes durante el cónclave, se prepara ahora para la primera aparición del nuevo Papa. Hoteles, restaurantes y comercios han sentido el impacto económico de este evento, que combina espiritualidad con un espectáculo global.
El mundo espera con atención las primeras palabras del nuevo pontífice, quien, con su bendición Urbi et Orbi, dará inicio a una nueva era para la Iglesia Católica, marcada por la esperanza y los retos de un tiempo cambiante.