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Violencia sin freno en Mazatlán: dos policías asesinados a sangre fría mientras cenaban

La noche del miércoles, la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, se tiñó de sangre una vez más. Dos elementos de la Policía Municipal fueron brutalmente ejecutados a balazos mientras cenaban en una taquería ubicada en el fraccionamiento Pradera Dorada 6. El ataque, perpetrado por civiles armados, dejó además cuatro personas heridas, entre ellas otros policías y civiles que se encontraban en el lugar.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 22:00 horas, cuando los agentes, pertenecientes al grupo motorizado Jaguar, se encontraban en un momento de descanso. Según reportes, los agresores llegaron al lugar y abrieron fuego sin mediar palabra, sorprendiendo a los oficiales y a los comensales. La escena fue descrita como caótica, con disparos resonando en la tranquila zona residencial.
Testigos relataron que los atacantes actuaron con rapidez y precisión, disparando directamente contra los policías antes de huir en un vehículo. Los cuerpos de los dos agentes quedaron sin vida en el lugar, mientras que los heridos fueron trasladados de urgencia a un hospital. Algunos de los lesionados, incluyendo civiles, se reportan en estado delicado debido a las heridas de bala y esquirlas.
La Secretaría de Seguridad Pública de Mazatlán confirmó el fallecimiento de los dos elementos y señaló que los cuatro heridos, entre ellos dos policías más, reciben atención médica. Sin embargo, hasta el momento no se han proporcionado detalles sobre la identidad de las víctimas ni avances significativos en la captura de los responsables.
Este nuevo episodio de violencia se suma a una ola de ataques contra elementos de seguridad en Sinaloa. Desde el pasado 9 de septiembre, al menos diez policías han sido asesinados en el estado, lo que evidencia un preocupante incremento en la agresividad de los grupos criminales. Mazatlán, conocido por su atractivo turístico, vive ahora bajo la sombra del miedo.
Autoridades locales han desplegado operativos en la zona para dar con los culpables, pero los resultados son nulos hasta ahora. La Fiscalía General del Estado de Sinaloa investiga el caso, aunque la falta de detenciones inmediatas genera incertidumbre entre la población. Vecinos de Pradera Dorada expresaron su indignación y temor ante la impunidad que parece reinar.
El secretario de Seguridad Pública estatal, Gerardo Mérida Sánchez, ha rechazado que las fuerzas de seguridad estén rebasadas por el crimen organizado. No obstante, la ciudadanía cuestiona la efectividad de las estrategias de seguridad, especialmente tras este ataque directo contra quienes deberían garantizar la paz en las calles.
La tragedia ha sacudido a la comunidad policial de Mazatlán, que llora la pérdida de dos de sus elementos. Las autoridades han expresado condolencias a las familias de los caídos, pero las palabras de aliento poco hacen para calmar el descontento de una sociedad que exige respuestas y acciones concretas.
Este ataque no solo refleja la vulnerabilidad de los cuerpos policiacos, sino también la fragilidad de la seguridad en una de las ciudades más emblemáticas de México. Los habitantes de Mazatlán se preguntan cuánto más tendrán que soportar antes de que se restaure la tranquilidad en sus calles.
La violencia en Sinaloa no da tregua, y este nuevo capítulo de sangre es una llamada de alerta sobre la crisis de inseguridad que azota al estado. Mientras los responsables siguen prófugos, la ciudadanía espera justicia y un cambio real en la lucha contra el crimen.

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