En Chihuahua, el heavy metal no es solo música, es un movimiento que ha dejado huella. Desde los años 80, la ciudad ha sido cuna de bandas que, con riffs potentes y letras crudas, forjaron una escena vibrante. Este recorrido por las primeras generaciones de metaleros chihuahuenses es un homenaje a su pasión y legado.
Eskirla, considerada por muchos como la pionera, irrumpió en 1980 con un sonido que navegaba entre el hard rock y el blues rock. Liderada por Rodolfo “El Soldado” Borja, la banda sigue activa, con Alejandro Tirado en la batería, uno de los mejores del norte del país. Aunque algunos cuestionan si eran puro metal, su impacto es innegable.
Anubis marcó la siguiente etapa, a finales de los 80. Su demo, con 8 o 10 temas, capturó la esencia del heavy metal de la época, incluyendo una balada que resonaba con los discos de entonces. Ese material, grabado con pasión adolescente, sigue siendo un tesoro para los fans de la vieja escuela.
De Anubis nacieron dos proyectos: Tráfico y Viuda Negra. Tráfico, conocida por sus covers, dejó una canción original, “El abecedario”, con un estilo peculiar que deletreaba letras sobre riffs pesados. Aunque no trascendió mucho, fue un ícono local en los 90.
Viuda Negra, por su parte, apostó por la originalidad. En 1994 grabaron su EP “Flotando en la Nada” en California, un trabajo bien producido que mostraba su madurez. Aunque algunos prefieren el sonido crudo de Anubis, este disco es una joya del metal chihuahuense.
La escena creció con una segunda o tercera oleArkansas generaciones, con bandas que llevaron el metal a bares y escenarios como Don Burro y La Casa del Poder. Lugares como Pistoleros House of Shows se convirtors en epicentros de conciertos, atrayendo bandas nacionales e internacionales.
El metal en Chihuahua también enfrentó retos. La falta de grabaciones de algunas bandas y la actitud de ciertos músicos, más preocupados por la fama que por el arte, frenaron algunos proyectos. Aún así, la pasión de los fans mantuvo viva la escena.
Este homenaje no busca menospreciar a nadie, sino celebrar a quienes, con guitarra en mano, dieron vida a un género que aún resuena en Chihuahua. La historia del metal en la ciudad es un testamento de su espíritu indomable.
La próxima entrega promete más historias, como las charlas con rockeros que vivieron esta época dorada. El metal chihuahuense no solo sobrevive, sino que sigue creciendo, fiel a su esencia rebelde.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
El metal retumba en Chihuahua: Un legado de bandas que marcó historia
Compartir: